Hay algo incomprensible en los políticos –o cualquier otra figura pública– que miente a sabiendas de que existe información que puede exhibir la mentira. Me explico. En otros tiempos, los políticos podían mantener ciertos secretos. Las relaciones extramaritales de John F. Kennedy fueron, por años, un secreto a voces, pero nada más. En estos tiempos, no habría pasado un mes para que alguien, de alguna manera y en algún sitio ventilara las indiscreciones de ese Kennedy moderno. Simplemente, hay demasiada información y demasiados ojos puestos sobre la vida pública.
De ahí resulte tan extraño el caso de Clara Luz Flores, la candidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León.