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#ZonaLibre | El verdadero acuerdo democrático

El verdadero acuerdo democrático en este país no está en las firmas de los gobernadores de los estados en una hoja de papel, sino en el evento del próximo 6 de junio.
mié 24 marzo 2021 11:59 AM
Gobernadores en Palacio Nacional
Los gobernadores en Palacio Nacional para la firma del Acuerdo.

Nos aproximamos rápidamente a la elección más grande de la historia de México. En un panorama completamente polarizado. Las campañas que arrancarán oficialmente el próximo mes de abril tienen la complejidad de que, por primera vez, no se contará con eventos masivos y los candidatos tendrán que pelear en redes sociales y medios alternativos.

Los problemas de México no han cambiado mucho desde las elecciones del 2018: la pobreza y la corrupción avanzan, la violencia se sigue enseñoreando de los poblados y ciudades. Aún existe el desinterés de un gran número de votantes por participar. Los partidos políticos han hecho enroques que han desconcertado y el “chapulineo” de candidatos que apenas hacía unos días defendían a un partido y luego “saltaron” a otro sin importar las ideologías o causas, se han convertido en una plaga por todo el país.

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A todo esto se suma el tema del COVID –con sus estragos de económicos y de salud– como un problema central. Unos han condenando la forma en que ha sido atacada la pandemia en el país y otros, los oficialistas, han utilizado la vacuna para su beneficio electoral.

Nos acercamos a una contienda llena de batallas sangrientas, podríamos conocer las campañas más sucias de la historia. Llenas de guerra sucia y ataques frontales entre candidatos, habrá quienes sean detenidos, otros enfrentarán la violencia. No se sabrá quienes son los “buenos” y los “malos”.

Retomar el poder y mantenerlo se ha convertido en un vicio para los políticos en el país. No necesitamos ser expertos para comprender que la situación política en México está viviendo una decadencia progresiva.

Para la fotografía

Ante este desolador ambiente, los gobernadores de todos los estados de la República recibieron la invitación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador para firmar, lo que llamó un Acuerdo Nacional por la Democracia. En el que este martes 23 de marzo, todos y cada uno de los gobernantes se reunieron en el Palacio Nacional, a fin de garantizar elecciones libres, limpias y respetar la voluntad del pueblo. Así lo escribió AMLO en un tuit, ya que el evento fue totalmente privado.

La idea es positiva. La intención es erradicar el “acarreo” de votos, las prácticas más viles, como los muertos que votan y no solapar a maleantes que buscan un puesto de elección popular.

Y aunque todo acuerdo democrático, toda intención de unidad es bien recibida, el problema entre López Obrador y los gobernadores de oposición va más allá de una carta firmada.

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Porque la actitud del presidente sigue siendo revanchista. Porque los señalamientos en cada mañanera llegan a los insultos y la violencia política. Porque las palabras pueden llevárselas el viento, pero la actitud del presidente desde el inicio de su mandato ha sido buscar un punto medio para diferenciarse de otros perfiles con los que debe cogobernar. Pero pareciera que se ve a sí mismo como jefe de los gobernantes y ha dado más de un “manotazo” a cada uno de ellos, quizá buscando el respeto a su figura a través de la amenaza de un rompimiento, que los pueda tener problemas legales.

El acuerdo signado el pasado martes pudiera tener una buena voluntad por parte de los firmantes. Pero el objetivo puede estar muy lejos del blanco que se requiere para que el país se fortalezca democráticamente. Y es que la democracia no tiene que ver solamente con elecciones y erradicar las prácticas fraudulentas. Va mucho más allá.

No se trata de ellos

Un verdadero acuerdo está basado en la humildad y la reconciliación. Ahí es donde falla la estrategia de la 4T que buscando dividir a la sociedad y ponerla a pelear uno contra otros, y de esta manera sacar la mejor parte.

Un acuerdo firmado no puede olvidar que, desde 2018, México está separado entre “fifís” y “pueblo bueno”, entre “conservadores” y “siervos de la nación”. Que el criticar al presidente te convierte en un “chayotero” o “reaccionario”, entre decenas de insultos que se propagan a aquellos que no están de acuerdo con políticas del tabasqueño.

¿Cuánto durará la buena voluntad del presidente ante el acuerdo recién firmado? ¿Qué dirá al respecto en los Estados que su partido político no sea favorecido?

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El verdadero acuerdo en este país no está en las firmas de los gobernantes, sino en el evento del próximo 6 de junio. Se tratará de que millones de mexicanos salgamos a sufragar con la mente clara, sin permitirnos ser manipulados; convencidos en perfiles que verdaderamente trabajarán en restaurar el tejido social. Ahí se plasmará una firma para darle certeza al futuro de una democracia fortalecida.

El acuerdo nacional urgente es acabar con la apatía, la indiferencia y esa sensación de derrota que se percibe en la sociedad, como si los políticos fueran los que controlan nuestras decisiones. Estamos convocados a demostrar que es todo lo contrario. Por eso, más allá de siglas y colores partidistas, sigamos de cerca, minuciosamente, los perfiles de aquellos que aparecerán en las boletas.

No olvidemos que el poder lo tenemos nosotros, la gente.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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