Posiblemente, el aspecto más importante a considerar en todo este tema tiene que ver con sus implicaciones electorales. Las etapas más críticas del desafuero de Cabeza de Vaca se llevarán cabo en pleno periodo electoral.
En tal sentido, este asunto representa una de las llaves para que la principal propuesta de Morena (combatir la corrupción barriendo desde arriba) se mantenga vigente durante la campaña. En segundo lugar, se debe tener en cuenta que, si el proceso llega hasta el congreso local de Tamaulipas, ahí el gobernador goza de una mayoría de su partido, que ha sido relativamente disciplinada, por lo que se antojaría difícil que le volteen la espalda repentinamente.
Como se puede ver, hasta ahora han sido muy pocos los desafueros que se han aprobado en la cámara federal, por lo que no se puede decir que estos sean un mecanismo eficiente, ni de ejercicio de justicia, ni de golpeteo político.
Sin embargo, lo que resulta verdaderamente importante destacar es que esta es una de las pocas ocasiones en que un presidente usa el tema a su favor electoral, para fortalecer su mensaje de campaña y debilitar a la oposición, contando con una sección instructora favorable y un congreso mayoritario.
La última vez que un gobernador opositor al presidente fue sujeto a un juicio de desafuero, las cosas no le resultaron del todo bien al Ejecutivo en términos de opinión pública. En aquel episodio, el presidente se llamaba Vicente, el acusado se apellidaba López Obrador.
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Nota: Sergio A. Bárcena es doctor en Ciencia Política por la UNAM. Especialista en Poder Legislativo. Investigador del Tec de Monterrey y director de la asociación Buró Parlamentario.
Buró Parlamentario es una asociación civil que busca vigilar al Poder Legislativo promoviendo una ciudadanía informada, activa y participativa.
Twitter: @BuroParlamento
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