EL ILUSIONISTA
Apagar los reflectores de la función diaria de las 19:00 horas, cuentan que es la instrucción que ha salido desde la oficina del Cirquero de Palacio. Si se mira bien la evolución de ese espectáculo, al inicio gozaba un lleno total, butacas repletas de reporteros, tres o cuatro maestros de ceremonias y hasta estrellas internacionales. En esas funciones se confirmó el papel protagónico de Hugo López-Gatell como Ilusionista de los Números. Pero a más de un año, la rutina se ha desgastado: los monólogos son repetitivos, los malabares son predecibles y lo que antes se sentía como un nuevo estreno cada tarde, ha perdido la magia. Cuentan que bajar el telón obedece a un plan para que el tema COVID ya no gane titulares en las noticias. Parte de esa estrategia es seguir controlando la rutina de los preguntones al grado de que nadie, que no esté en el círculo protector, pueda participar en la función.