Pero al presidente, este informe no fue para nada de su agrado, porque el organismo auditor detectó irregularidades en el gasto público por 67 mil 498 millones de pesos, en el primer año del gobierno de esta llamada cuarta transformación, y de inmediato lanzó la frase que ya todos conocemos, “yo tengo otros datos”.
Una reacción que podría ser atípica en otra época, de como un mandatario federal, ocupa su atril de sus conferencias matutinas, para atacar e intimidar a quienes él llama “sus adversarios”, porque pidió que la ASF, no diera un informe falso y que esta no debe prestarse a esas campañas negras.
El presidente olvidó que la función de la Auditoría Superior de la Federación, es la de inspeccionar la forma en que se realiza el gasto público y mostrar si éste se ha aplicado de manera correcta en este y en cualquier gobierno, por ello es un organismo autónomo para que así dé una buena rendición de cuentas.
La Cuarta Transformación no entiende que este ejercicio es fundamental en cualquier democracia, y todo ello terminó en un gran enojo por la auditoría realizada sobre la cancelación del aeropuerto de Texcoco, donde detectó que, pese a que el gobierno dijo que costaría 100 mil millones de pesos, el costo real sería de al menos 331 mil 966 millones de pesos; o sea, el triple de lo que habían anunciado.