A muchos sorprende su reciente postulación como candidata a diputada federal, pero es un terreno conocido para ella. En los noventa fue diputada integrante de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal y después ocupó una curul en San Lázaro, donde participó en las comisiones de Justicia y Derechos Humanos, Defensa Nacional y, también en la de Trabajo y Previsión Social.
Es de sobra conocida su postulación como candidata independiente a la Presidencia de la República y el recorrido que hizo por todo el país para recolectar las firmas necesarias que el INE le requería a fin de avalar su candidatura. La participación de Margarita en el proceso electoral de ese año abrió un nuevo camino para los ciudadanos que querían participar en política pero que no encontraban representación en ningún partido. Lamentablemente, la aventura duró poco y decidió renunciar, no sin antes, señalar la enorme inequidad de presupuesto y publicidad entre los candidatos de los partidos y los independientes.
Tras la elección de 2018, Margarita Zavala continuó haciendo lo que sabe: política, y junto con miles de mexicanas y mexicanos que la acompañaron en la campaña decidió constituir la asociación Libertad y Responsabilidad Democrática, misma que después dio paso al proyecto político denominado México Libre. Una vez más, se le vio en los estados, ahora organizando asambleas y recolectando afiliaciones en parques, mercados y plazas públicas.
México Libre se anotó en la búsqueda del registro para poder participar como partido político nacional en las elecciones de 2021; sin embargo, decisiones arbitrarias tanto del INE como del Tribunal Electoral bloquearon a la organización cuyo respaldo acreditado supera los 260 mil ciudadanos. En esta hazaña ciudadana, Margarita Zavala fungió desde sus inicios como Presidenta de México Libre y, desde esa posición, encabezó los esfuerzos para organizar a la gente y lograr la presencia del movimiento en los trescientos distritos electorales federales del país.