Gibrán ha sido uno de esos perfiles que desde diferentes frentes le han puesto la mesa para que haga propaganda y defienda de manera vehemente al régimen actual. Peeero más de uno ha alzado la ceja en diversos círculos morenistas sobre la pomposidad y generosidad del gobierno con Ramírez.
Hace unas semanas, la revista emequis publicó el artículo “Salarios de a millón. Esto ganan Estefanía Veloz, Gibrán, Ackerman y Meyer”, donde exhibieron los contratos de los principales voceros a sueldo de este gobierno, donde desde luego, Gibrán se lleva las palmas. La revista publicó que el exaspirante a la dirigencia nacional de Morena, ganó 1 millón 354 mil 385 pesos en Canal Once durante 2020. El joven aviador ¡perdón! opinador, aclaró que fue menos de un millón, que fueron 856,752 pesos, sin incluir impuestos; es decir, 35,698 pesos a la quincena por su programa “De Buena Fe” en el Canal Once que se transmite una vez a la semana junto a otra aviadora de primer nivel, Estefanía Veloz. O sea que por cada día trabajado gana 17,849 pesos. ¡Apenas 144 salarios mínimos!
Pero lo que pasó por alto Gibrán son sus múltiples chambas como propagandista y tertuliano adulador. El joven consentido (pero sin sentido común) cobra no solo de Canal Once, sino también de Mileno donde ha publicado desde 2018, 111 columnas; de Televisa por “La Hora de Opinar”, donde en los últimos dos años ha participado en 72 programas; y bueno, la joya de la corona, la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) donde se dio vida de rey con viajes, camionetas, amigos y novia en la nómina.
Gibrán Ramírez ha utilizado al organismo para favorecer un proyecto político personal y desde ahí construir su fallida candidatura a la presidencia de Morena y ahora, se encuentra perdido y mareado desde el ladrillo donde se subió.