Una cosa es que la política sea optar entre inconvenientes y otra que se tenga que optar entre lo ominoso y lo aberrante. Apenas se están calentando los motores para la disputa electoral de este año y Morena, como es su tradición, no defrauda.
A finales del año pasado, Mario Delgado –sin un ápice de vergüenza (como es su costumbre)– dio a conocer en su cuenta de Twitter que el impresentable y pedestre Félix Salgado Macedonio sería el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero “por su larga lucha a favor de la democracia en México”. Tanto internos como extraños expresaron su molestia y es que el otro que estaba en la fila era el candidato de la familia Ackerman-Sandoval, Pablo Amílcar Sandoval, hermano de la flamante Secretaria de la (dis)Función Pública.