Sin el más mínimo sentido de decoro y de responsabilidad política, Alfonso Durazo abandona la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) en plena crisis de seguridad del país.
Con una mano en la cintura y sin un ápice de vergüenza, anuncia su intención de contender por la gubernatura de su natal Sonora. En cualquier país, los resultados que ha dado no solo no son para que ni se le ocurra aspirar a gobernar su entidad, sino para que ya le hubieran costado el cargo.
Peeero, por si no fuera poca cosa, en el país donde no pasa nada, al secretario le pareció prudente renunciar justo a días de presentarse a comparecer en el Senado de la República y mandó a avisar a la Mesa Directiva y la Jucopo, que pues muchas gracias, pero él ya se va.
De esta manera, de manera tramposa y escurridiza evitó un ejercicio republicano y muy necesario. Sobre todo por los tiempos que vive el país en temas de seguridad.
Y es que los dos primeros años del gobierno de la denominada “Cuarta Transformación” se perfilan para que sean los más violentos de México.
La estrategia de seguridad, del principal problema del país, no tiene ni pies ni cabeza.
Durante la gestión de Alfonso Durazo, en el país se registraron 65,574 muertes violentas (63,793 homicidios dolosos y 1,782 feminicidios). Esto representa un incremento del 9.8% si se compara con el mismo periodo del gobierno de Enrique Peña Nieto, en el que se contabilizaron 59 mil 112 asesinatos.
Entre sus hazañas, desde luego que destaca el “Culiacanazo”. Y miren que no cualquiera logra que el hijo del narcotraficante más buscado del mundo salga bien librado tras un operativo fallido con la justificación de que la población corría riesgo.
Primero, en lo que sí fue muy exitoso, fue en contribuir a la militarización del país y a que, de facto, se renunciara al mando civil de la Guardia Nacional.
Segundo, bajó el robo a transeúnte… ¡pero debido a la pandemia y a las pocas personas que circulaban.
Oriundo de Bavispe, cruzó de mojado un par de veces al país del norte. Su naturaleza utilitaria, escaladora y oportunista ha estado siempre presente. No le interesan los proyectos políticos, le interesan los cargos y la acumulación de información.
Se desempeñó como secretario particular de Luis Donaldo Colosio cuando fue líder nacional del Partido Revolucionario Institucional, de 1989 a 1992, como cuando fue secretario de Desarrollo Social entre 1992 y 1993; así como cuando Colosio se convirtió en candidato a la presidencia de México, de 1993 a 1994. En mayo del 2000, sale del PRI y se une la campaña presidencial de Vicente Fox, de quien también se convertiría en secretario particular después de la elección de julio del 2000.
Allá en el priismo hegemónico trabajó en la Secretaría de Gobernación de 1973 a 1982 y formó parte de las secretarías de Educación Pública, Desarrollo Social y en el entonces departamento del Distrito Federal, donde fue subdelegado regional en la Zona Centro Tepito, de la Delegación Cuauhtémoc.
Durazo fue candidato a senador de la coalición "Por el Bien de Todos", por el estado de Sonora, en 2006, respaldando al entonces candidato López Obrador pero perdió la elección. Seis años más tarde, se convirtió en diputado federal en la LXII Legislatura del Congreso mexicano por ni más ni menos que por la franquicia de Dante Delgado, Movimiento Ciudadano.
Así es, en aquellos tiempos cuando Delgado “le rentó” el partido a AMLO y con esas siglas llegaron al legislativo figuras como Luisa María Alcalde (actual Secretaria del Trabajo), Layda Sansores (actual Alcaldesa de Álvaro Obregón) y el mismísimo Ricardo Mejía Berdeja, actual Subsecretario de Seguridad.
Alfonso Durazo tomó protesta como senador de la República en la actual legislatura y solicitó licencia para tomar el cargo como secretario de Seguridad Pública. Ahora pide licencia para ir por la gubernatura de Sonora
¡A ver si Doña Gabriela Guevara, medallista olímpica, no le gana la carrera por el segundo lugar, pues la foto de hoy dice que ganará “el Borrego” Gándara del PRI.
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