Este año, el reto no ha sido menor, la emergencia sanitaria del COVID-19 ha puesto en evidencia una sociedad desigual que por décadas no garantizó de manera equitativa, alternativas y oportunidades para el ejercicio pleno del derecho al bienestar y a la salud.
A casi siete meses del primer caso de COVID en la Ciudad, la estrategia implementada, da muestra que hacer frente a la pandemia ha implicado un esfuerzo importante de coordinación gubernamental en distintos niveles para prevenir, mitigar, atender y controlar sus efectos.
Es de reconocer que, pese a los requerimientos de recursos adicionales para atender la emergencia sanitaria, la respuesta de la jefa de Gobierno ha sido la de innovar para dar soluciones a problemas a los que nunca nos habíamos enfrentado, sin contratar deuda nueva o desviar el rumbo de la Administración.
Ante el escenario de la disminución del 8 % en los ingresos por la suspensión de las actividades económicas, el Gobierno puso el ejemplo, y con responsabilidad eliminó los gastos no prioritarios, cuidando, así, la inversión en infraestructura y los proyectos en marcha, reorientando 4 mil 700 millones de pesos para la atención del COVID.
Desafortunadamente, la emergencia sanitaria también ha evidenciado a actores políticos que pretenden desinformar y lucrar con las lamentables pérdidas que el virus ha dejado a su paso, creyendo que con ello obtendrán ganancia política en 2021.
Sin embargo, somos más las y los habitantes de la Ciudad que hemos enfrentado con responsabilidad la pandemia. Por lo que expreso mi reconocimiento y agradecimiento a todas las personas que desde distintas trincheras han estado en la primera línea de batalla contra el SARS-CoV-2, a aquellas que incluso exponiendo su salud han continuado prestando servicios básicos o realizando actividades esenciales, permitiendo a la mayoría quedarse en casa.