Del plato a la boca se cae la sopa
Además de los momentos complicados que vive doña Claudia para “controlar” la pandemia, gasear a las feministas y echar culpas al gobierno federal de la ocupación de la CNDH, dicen que se le ve mucho cruzando del Palacio del Ayuntamiento al Palacio Nacional.
Y es que no debe estar pasándola nada bien ya que, al parecer, Mario Delgado, candidato a dirigir Morena, va en el segundo caballo ganador (hasta ahora). Esto representaría para la jefa de Gobierno un revés en su anhelo de ser la primera mujer en llegar a ser presidenta.
Dicen los pasillos de Palacio Nacional que, en charlas en privado, López Obrador le ha externado su apoyo a Sheinbaum para que se concrete dicho anhelo, tal como lo hizo al imponerla como candidata a jefa de Gobierno a pesar de los trágicos hechos sucedidos en el Colegio Rébsamen, donde fallecieron 19 niños y 7 adultos tras irregularidades en la falta de constancias de seguridad estructural por parte de la alcaldía Tlalpan, que ameritaban la clausura temporal del colegio y, por otro lado, que el entonces delegado de Cuauhtémoc y ahora senador Ricardo Monreal se veía más que despachando frente a la plancha del Zócalo.
Y es que, si hay un amor ciego y una lealtad a prueba de balas (menos las de Harfuch), es la de Claudia al presidente. Qué raro que para ser física, maestra en ingeniería energética y doctora en ingeniería ambiental, crea en un “mesías”.