En adición, a las empresas se les permite deducir las aportaciones extraordinarias que destinen a fondos de pensiones y jubilaciones. Esta deducción representa una pérdida en la recaudación de 11,883 millones de pesos, de los cuales el decil X se beneficia en un 98%.
Cabe mencionar que el ingreso mensual promedio del decil X, según la Encuesta Ingreso Gasto de los Hogares 2018, que elabora el INEGI, es de aproximadamente 56,000 pesos al mes por hogar.
Debido al gran problema que representa el creciente gasto en pensiones, se deberá analizar la capacidad que tendrá el gobierno para financiarlo y de qué manera obtendrá esos recursos: puede “reducir” el gasto, aumentando la edad de retiro o que el monto de la pensión se calcule no con el promedio de los últimos 5 años sino, por ejemplo, con los últimos 10.
Por el lado de los ingreso, si se modifican el monto máximo exento, de 15 UMAs a 5 UMAs (13,205.76 pesos al mes, cifra superior al ingreso promedio del decil VI, que implica que un 60% de la población tienen ingresos inferiores a ese monto), el gobierno federal podría recaudar aproximadamente 40,000 millones de pesos adicionales.
Cualquiera de estas medidas será polémica; sin embargo, estas decisiones serán las que se tendrán que tomar para que el destino no nos alcance. Seguramente oiremos más de este tema después de las elecciones del siguiente año.
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Nota del editor: el autor es secretario académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana. Premio Nacional de Administración Pública (INAP) 2003.
Twitter: @AntonioS_Andreu
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