Es tajante: "El desastre con el gobierno de López Obrador es evidente. Ve la economía: aún antes de la pandemia del coronavirus, México tuvo su peor desempeño en una década. La inseguridad, con más de 35 mil homicidios, con datos del propio gobierno, es el más alto desde que existen registros, hace más de 20 años", dice y se pregunta: “¿Cómo se atreven a decirnos que vamos bien?".
Es Ricardo, o como el presidente lo bautizó “Ricky, riquín canallín”, quien reaparece en el momento más importante para la oposición que no ha demostrado ser una potencia contra la 4T. Todo lo contrario; hay un boquete, una debilidad de los enemigos de Morena ante el desafío enorme de la gigante elección del próximo 6 de junio del 2021.
Con voz inconfundible dice: "Frente a este desastre la pregunta que aparece en todas las conversaciones sobre los problemas de México es qué vamos a hacer. Yo creo que la respuesta está en el 21 y en el 24". Quiere participar, está en pie de guerra.
Anaya se presenta justo cuando el movimiento de FRENAAA inspira más carcajadas que una voluntad colectiva para derrocar al actual gobierno. Sabe que es un momento preciso para darle rostro a un sentimiento que comparten cientos de miles de opositores, pero que sigue pálido y desnutrido.
¿Qué más sabe Ricardo Anaya? ¿Qué más lo motivó a reaparecer? Al parecer, el más temido de los funcionarios, por parte de los políticos del pasado, Santiago Nieto trató de explicar desde su cuartel el inesperado resurgimiento: existe una investigación formal por el caso de Odebrecht. Este martes 22 de septiembre, Nieto aseguró que fue Emilio Lozoya quien denunció la presunta participación de Anaya junto a otras 70 personas por el tema de desvíos y sobornos por parte de la empresa multimillonaria y ultracorrupta Odebrecht.
¿Acaso Ricardo Anaya busca el fuero para no caer en prisión?