Dicen que Peralta ya está haciendo fila para el 2021 y que se ve como diputado federal plurinominal y que de ahí viene su lealtad y apoyo incondicional a la candidatura de Mario Delgado para presidir Morena. Pero no cabe duda de que hay de apoyos a apoyos. Peralta, experto en extorsiones, ¡perdón! negociaciones, fue acusado por Alfonso Ramírez de sobornar a los magistrados del Tribunal Electoral para que sentenciaran a favor del uso de las encuestas como método para la renovación de Morena.
Y claro, como don Mario Delgado iba arriba en los sondeos, no es muy difícil imaginarnos de qué va este cuento.
Apasionado de los autos de lujo, sus ambiciones y sueños a veces le nublan la razón y lo llevan a aseverar que “Morena es el partido más importante del mundo”. Habrá que preguntarle, primero, si en serio cree que Morena sea algo parecido a un partido o más bien es una camarilla de sectas y facciones con anhelos de dinero.
Por eso, que no les quepa duda que Peralta se dedicó a las grillas y amarrar acuerdos de cara al 2021 en lugar de ponerse a trabajar en que no se dinamitara la Conago y en garantizar la gobernabilidad del país.
Hasta el gobernador de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca, los acusó de hacer política desde su cargo y recientemente, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, tuvo que salir a rechazar los señalamientos del alcalde de Tijuana, Arturo González, quien acusó a Peralta de haberlo amenazado con una supuesta investigación por la venta de un decomiso y cuyo dinero iría a parar a su campaña a la gubernatura de Baja California.
¡Salió más grillo que apóstol!