Por ello, el 30 de julio de 2020, el INE designó el 18 de octubre como la fecha en la que se realizarían las jornadas electorales antes suspendidas. Si bien es cierto que la emergencia sanitaria no ha cedido, sí lo es que México –y el mundo– han encontrado los mecanismos y procedimientos para mitigar el riesgo. Inclusive, países como Polonia, Singapur o Corea del Sur lograron realizar sus elecciones con altos niveles de participación y sin registrar un aumento en sus contagios.
Ninguna medida ha sido tomada de forma unilateral ni apresurada. Se privilegiará la capacitación virtual, una política de cero contacto en la mesa de votación, el uso obligatorio de cubrebocas, la sana distancia en la fila, permanencia de sólo dos electores a la vez, sanitización de las casillas, medias de higiene concretas, así como el uso de tecnología en distintos procesos. [1] Medidas, todas ellas, que han probado funcionar en países como Mali, Singapur, República Dominicana, algunos estados de Estados Unidos, Corea, Francia o Polonia.
Ya lo ha dicho la OEA: las acciones y decisiones que se adopten en materia electoral en respuesta a esta situación requieren del compromiso de todo el sistema político para resguardar la continuidad de los procesos democráticos. Corresponsabilidad y coordinación entre todos los actores involucrados a favor de la ciudadanía serán vitales para cuidar los fundamentos de nuestra democracia.
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Nota:
[1] Consultar el Modelo de Atención Sanitaria y los Protocolos asociados aprobados en la sesión de Consejo General del 30 de julio de 2020 como anexos al punto 2.
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Nota del editor: Farah Munayer. Maestra en Administración Pública Internacional por Sciences Po. Asesora del Consejo General del Instituto Nacional Electoral.
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