¿Qué es la dignidad? ¿En qué consiste? La dignidad no es bravuconería. El digno no busca pelea ni provocación. La dignidad tampoco es drama. El digno no se tira al piso lamentando su desdicha ni se victimiza después de atravesar por un abuso. El digno, en cambio, sabe hasta dónde llegar para mostrar a quien está del otro lado de la mesa dónde exactamente está la línea de lo admisible. Ni más, pero tampoco menos.
Atender la dignidad no es fácil. Se necesita tener un termómetro muy claro y tener la valentía suficiente como para contener impulsos hacia la agresión o la zalamería. El miércoles pasado, en Washington, el presidente López Obrador reprobó ese examen crucial.