Importa su ausencia en este tiempo porque la Fiscalía General de la República se debe encargar de la investigación y persecución de los delitos del fuero federal; es decir, de perseguir a quienes se dedican al narcotráfico, de combatir el tráfico de armas, de detener el tráfico de menores a otros países y, un punto por demás importante, de perseguir a los servidores públicos que cometan o cometieron un delito en el ejercicio de sus funciones; también tiene a su cargo la persecución de los delitos electorales por medio de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales.
Una versión de la ausencia del Fiscal General de la República es que el funcionario no es visto por el presidente como una persona que entregue resultados en materia de combate al delito, y que esos resultados los ha recibido por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) a cargo de Santiago Nieto, quien a través de expedientes financieros ha dado más golpes al crimen organizado que el fiscal de la República.
Para los expertos, en esa visión el presidente pierde de vista un punto: la UIF podrá entregarle un cúmulo de expedientes, pero la integración jurídica deberá recaer, tarde o temprano, en las unidades de investigación de la FGR, así que si el presidente no logra armonizar el trabajo conjunto entre la UIF y la Fiscalía no servirá de nada lo que le pueda entregar Santiago Nieto.
Este martes 30 de junio, reaparece Alejandro Gertz Manero a través de un videomensaje; así el fiscal general podría volver a la escena pública, pero quedará la pregunta: ¿dónde estaba?
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Nota del editor: el autor es jefe de información en Expansión Política.
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