A caballazos
Ramírez Cuéllar es un personaje que encarna uno de los traumas del presidente López Obrador, el FOBAPROA, tema del primer libro del presidente.
(Ojo, para mi, el gran error del FOBAPROA fue haberles prestado el dinero sin pedirles a los empresarios de aquellos tiempos, a cambio acciones de sus empresas para qué, si no les pagaban, el gobierno tuviera con qué cobrarse o incluso quedarse con la empresa.)
De hecho, nuestro personaje, déjeme refrescarles la memoria, se hizo notable en la política nacional por su movimiento político, El Barzón, el cual denunciaba los rescates bancarios y armó un movimiento de deudores nacionales.
Ramírez, exmilitante del Partido Patriótico Revolucionario (PPR) y de la Liga Comunista 23 de septiembre (sí, aquella guerra de guerrilla) encontró refugio con López Obrador en el PRD cuando el tabasqueño fue dirigente de éste.
Y cómo olvidar cuando el dirigente barzonista entró a golpe de empujones y caballazos, sí, y no estoy exagerando entró montado a caballo, a la explanada de San Lázaro allá en 2002 cuando pedían más recursos para el campo; si lo googlean verán las fotos.