Hace unos días tuve un intercambio interesante en Twitter. Un interlocutor algo testarudo pero elocuente se quejaba de mi uso frecuente de un reclamo al gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Resulta que, desde el principio de la presidencia lopezobradorista, acostumbro acompañar algunas críticas con un recordatorio que me parece fundamental: esta no es la renovación moral que prometieron el presidente y su partido.
#LaEstampa | Fuerzas armadas: no es lo que AMLO prometió
Mi interlocutor en Twitter me preguntaba por qué nunca exigí lo mismo, por ejemplo, de Peña Nieto. Es falso, por supuesto: en cada oportunidad que tuve, cuestioné las decisiones del presidente anterior, que quizá no prometió un ambicioso cambio de la vida pública mexicana, pero sin duda se comprometió a gobernar con eficacia y un mínimo de honestidad.
Pero la respuesta que importa no es esa. Lo cierto es que a López Obrador se le exige como se le exige porque él mismo ha sugerido su excepcionalidad. Gusta de pregonar que no es como los demás. Dice que él es diferente, y desde ese carácter excepcional gobierna. Por eso es necesario señalarle cuando, en la toma de alguna decisión, traiciona la promesa que él mismo repite como un mantra.
De las muchas decisiones del presidente, ninguna es más lejana a su compromiso con un gobierno distinto que el impulso decidido a la militarización del país. Con lo ocurrido a principios de esta semana, el presidente da la espalda a su propia promesa de gobierno y renuncia a uno de los principios más elementales de una administración progresista como la que él siempre dijo que encabezaría.
Ningún gobierno realmente progresista en el mundo pone en manos de las fuerzas armadas la seguridad pública, ya no digamos la construcción de infraestructura y el largo etcétera que ha encomendado López Obrador a los mandos castrenses.
Por eso, va de nuevo… e irá cuantas veces el presidente opte por un camino diametralmente opuesto al proyecto con el que convenció a millones de mexicanos. Esta no es la renovación moral que prometieron el presidente y su partido. Es lo contrario. La historia no lo olvidará.
__________________
Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.