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Lo que debimos aprender con el #ParoDeMujeres

El #ParoDeMujeres debió dejar enseñanzas para AMLO y para los empresarios; deben entender que la lucha feminista es por un cambio en las reglas del juego.
mar 10 marzo 2020 10:11 AM
(Obligatorio)
Las mujeres alzaron su voz con la ausencia.

Ayer mi columna salió en blanco y miles de mujeres dejaron de laborar en rechazo a un México que no nos ha incluido. Veo dos enseñanzas de la marcha: una para AMLO, otra para las empresas. Es importante que escuchen.

La primer enseñanza es para AMLO. La marcha mostró que si el presidente no cambia su acercamiento hacia las mujeres su gobierno fracasará por ser percibido como socialmente insensible. AMLO debe entender que, conservadoras o no, él ganó la elección sobre todo porque las mujeres votaron por él en 2018. El voto femenino por Morena aumentó 64% de la elección de 2012 a la de 2018, mientras que el masculino solo aumentó el 42%, de acuerdo a datos del CNEP. Es decir, fueron las mujeres las que cambiaron de parecer sobre AMLO y le dieron el beneficio de la duda para que fuera presidente. AMLO no puede pagarles con un rechazo a su agenda.

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De hecho, las mujeres son las principales “clientas” de la 4T, pues son ellas las principales usuarias de los programas sociales. En México, hay 181 mujeres que son beneficiarias de programas sociales por cada 100 hombres beneficiarios. Es decir, las mujeres recurren al Estado casi el doble de veces que los hombres. AMLO debe entender que sus programas sociales trabajan mayormente para beneficiarias mujeres, y por ello es su labor atender las demandas del movimiento feminista en conjunto.

AMLO nos dijo que pondría a los pobres primero y, si es así, debe poner primero a las mujeres porque las mujeres son más pobres que los hombres. Considerando ingreso, hay 3 millones más de mujeres en condición de pobreza que hombres en condición de pobreza. De hecho, si esas 3 millones de mujeres en pobreza formaran una ciudad, ésta se convertiría en la cuarta ciudad más grande del país, incluso mayor a zonas metropolitanas como Puebla/Tlaxcala, Toluca y/o Tijuana.

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Una segunda enseñanza es para la iniciativa privada: su sexismo ya les está costando muy caro y les costará aún más si no cambian su forma de hacer negocios. Fueron millones de pesos los que perdió la banca, la industria y el comercio por el paro de mujeres. Si una proporción de ese dinero que perdieron ayer lo hubieran utilizado para revisar sus políticas laborales con perspectiva de género, ampliar las prestaciones para el cuidado de la familia y castigar el acoso laboral, las mujeres no habrían tenido que llegar al paro.

La iniciativa privada siente que el paro es contra el gobierno por no reducir los feminicidios. Se equivocan. La gran mayoría de las mujeres hicieron el paro solo por la violencia letal sino sobre todo por los micromachismos que abundan en el mundo del trabajo y que la empresa ha hecho poco por mitigar. La economía mexicana se levanta sobre los hombros del trabajo gratuito de miles de mujeres que se dedican al cuidado del hogar y sus familias. Sin ellas, la economía mexicana perdería 17 puntos del PIB sumergiéndose en su más grande crisis económica desde la revolución.

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Aún así, en pleno 2020, el ingreso laboral promedio de las mujeres en México es 23% menor al de los hombres, exactamente la misma diferencia que ha reportado la Organización Internacional del Trabajo a nivel internacional. Más aún, la calidad de los empleos que se dan a mujeres son menores. Por cada 100 hombres que tiene un trabajo formal, hay solo 62 mujeres con un trabajo de la misma naturaleza.

Las empresas se han acostumbrado a pagarle menos a las mujeres que a los hombres y con ello han creado un país de injusticia. En México, las mujeres solo son propietarias del 35% de las viviendas del país. Todas las demás las tienen hombres. La iniciativa privada tiene el poder para erradicar las injusticias laborales hacia las mujeres. No hacerlo es aceptar que las mujeres sean trabajadoras de segunda.

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La lucha feminista es por un cambio en las reglas del juego, que beneficie a todas y cree un México más justo. Y eso no es exclusivo de AMLO, no se equivoquen. Las empresas tienen mucho que hacer.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autora.

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