Pero no todas fueron reacciones de apoyo. La señora Susana expuso –por ejemplo– su descontento pues considera que la violencia no solo se ejerce contra las mujeres.
“Uno no debe de dejar las labores, yo soy ama de casa y comerciante, yo trabajaré hoy mi trabajo es de lunes a domingo, como está la situación económica no podemos parar”, señaló la señora Susana, madre de un niño de segundo año de primaria que sí tuvo clases.
El kínder y estancia infantil privado Anton Makarenko, ubicado también en Chalco, no cerró sus puertas luego de acordarlo con sus profesoras. “Nosotros nos pusimos de acuerdo, hicimos una reunión y entre todas acordamos venir a la escuela”, detalló Rosa María Manjarrez, directora del plantel.
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“Hay mamás que no se sumaron al paro y tenemos que apoyarlas, además hay padres que trajeron a sus hijos porque consideran que así se puede apoyar más a que la violencia se acabe. La violencia se combate con educación”, refirió.
Con esa visión coincide, la directora Nayeli Bareto, del preescolar Anton Makarenko pero del municipio de Texcoco, también Estado de México.
“Se platicó que nosotras cumplimos una función social ante la sociedad y no queremos polarizar. Es cierto que vivimos en una sociedad de mucha violencia y la función de la escuela es crear ciudadanos que sepan convivir”, señaló.
Aunque las actividades que se realizaron en el plantel no fueron las cotidianas, pues se convocó a las madres a participar en actividades para hablar acerca de la importancia del respeto a las mujeres y sobre la crianza, pues “tenemos bien claro que la violencia, el machismo es iniciado desde la casa”.