Estamos presenciando y sufriendo las consecuencias de un sistema negligente, incapaz de proteger a las mujeres, niñas y adolescentes. Omiso por no dar seguimiento a esas denuncias; es muy fácil decir “no regresó a ratificarla”, como en el caso de Ingrid o como lo refleja el documento que el DIF circuló sobre el antecedente de maltrato contra Fátima, que da fe que posterior al último contacto que la solicitante que tuvo en 2017 “no se tiene ninguna interacción”.
Vergüenza debería de darles mostrar los antecedentes de auxilio que las autoridades tenían de estos dos casos y de muchos más, a los que no les dieron seguimiento alguno. Si se abordara e interviniera cada caso desde el enfoque de DDHH, perspectiva de género e interculturalidad cientos de feminicidios podrían haberse prevenido.
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Hoy en México la tristeza y frustración es el sentimiento de muchas, porque el machismo asesina diariamente a 10 mujeres y ante ello el sistema las revictimiza, el sexismo y la misoginia justifican a los agresores y criminalizan a las mujeres.
Urge que en este país los tres órdenes de gobierno, los medios y la sociedad sean cero tolerantes a cualquier forma de violencia contra las mujeres desde las humillaciones, chistes machistas, discriminación laboral hasta los feminicidios.
¡Vivas nos queremos!
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Nota del editor: la autora es directora general de la Red Nacional de Refugios A.C. Un espacio compuesto por más de 60 organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.