El cambio tecnológico acelerado que vivimos es una fuente de estrés para todos. Nadie quiere quedar obsoleto, pero muchas de las profesiones de hoy no existirán mañana.
¿Cómo hacerle frente? La convivencia de varias generaciones, los millenials, centennials, generación X o baby boomers (estereotipos que nos sirven para entendernos) requiere de diferentes políticas laborales. Son algunos de los puntos que pude aprender en el Congreso que Top Companies celebró a finales de octubre.
Carlos Vaca, el líder de la agencia BBDO, insistió en la necesidad de motivar a los más jóvenes con un propósito –Juan Ignacio González, de la aseguradora HDI, explicó que el suyo es “proteger patrimonio de las familias mexicanas”, por ejemplo–.
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Propósito, diversidad, responsabilidad social empresarial. Palabras que a veces no están presentes en los estados de resultados. Lo cierto es que a largo plazo el trabajo evolucionará a que muchos opten por convertirse en profesionales independientes, como recordó Mónica Flores de ManPower en el mismo evento. Y que las empresas deben recapacitar a sus empleados, y crear condiciones para que quieran quedarse.
El estrés no es el único problema. Las generaciones más jóvenes aspiran a algo más.
“El bienestar como un camino de elecciones que la empresa pone al servicio de los colaboradores es una tendencia importante”, explica Layla Chertuni, presidenta y fundadora de Top Companies.
Si los talleres para manejo del estrés o la atención individualizada parecen exageraciones, no va a quedar más remedio que adoptarlas ante la entrada en vigor de la norma 035, inspirada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y aprobada por el congreso en 2016, aspira a combatir el estrés laboral entre otras dolencias de nuestras oficinas.