El balance primario (superávit) se está deteriorando para el 2020 y, en vez de ser 1.3% como lo establecieron en abril de este año, ahora nos dicen que será 0.7%; es decir, de casi la mitad de lo planteado originalmente. Por su parte, los Requerimientos Financieros del Sector Público que es la medida más amplia del balance público, nos dijeron que serían de 2.5% este año y ahora nos informan que se deterioran a 2.7% en 2019 y que en 2020 se deteriorarán nuevamente de 2.1% a 2.6%. El Saldo Histórico de estos RFSPs también empeoran en 2019 y en lugar de ser el prometido 45.1%, será de 45.3%, es decir nuestra proporción de deuda como porcentaje del PIB aumentará este 2019 0.2% y en 2020 en vez de ser 45.1% será 45.6%.
Todo lo anterior, si bien nos va, porque nos informan que en el Paquete los supuestos de 2019 los hicieron con el cálculo de un crecimiento puntual de la economía mexicana de 1.6% que no se antoja viable a estas alturas.
Se nos está solicitando un voto de confianza para el Paquete Económico 2020, partiendo de que prácticamente ningún indicador macro que se nos presentó el año pasado ha sido cumplido. Y además, no se cumplieron, teniendo un entorno internacional favorable y ahora sí, el cierre de 2019 y 2020 va a ser un periodo de enormes retos, riesgos y volatilidad en el mundo. Quizá los supuestos y metas de este Paquete son demasiado felices, felices, felices.
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