Sin duda, siempre será más útil acercarse a las causas y alejarse de la violencia. Sin embargo, es imposible no sentir la misma rabia que explotó, al recordar cada una de las mujeres desaparecidas, violadas y asesinadas que no conocimos, mucho más el dolor de sus familiares y amigos.
En este México que hasta que se cansa, grita. Y cuando grita lo hace hasta quedarse afónico. Que ha sufrido tantas injusticias que ha callado una y otra vez. Porque el silencio es el pecado social más grande. Porque en este México, aunque divido por decenas de situaciones, nunca podría separarnos la lucha por las causas justas. Porque tenía que llegar el día que Claudia Sheinbaum escuchara las peticiones y no se justificara con “provocaciones” de grupos feministas. Y así llegará el día, que los otros 31 gobernantes del país, tengan que bajar la cabeza y ser confrontados ante éste flagelo.
Que la brillantina rosa inunde el país. La sangre de las que fueron calladas por la violencia sigue clamando justicia y el clamor está en miles de ustedes que han decidido dejar atrás el temor y el silencio. Que el movimiento #NoMeCuidanMeViolan persista en su lucha, pues podríamos estar en medio de un movimiento de conciencias nunca antes visto.
No se callen. No permitan ser divididas. No dejen que su movimiento sea manchado por la violencia. Levanten un ejército de amor por las víctimas y sus familias".
No están solas. Permítanos a quienes sentimos la misma causa, abrazarla y acompañarles. Porque también existimos hombres que nunca permitiríamos ver una mujer ser humillada. Esta lucha la tenemos que librar todas las personas, unidas.