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La izquierda y los equilibrios democráticos

Por primera vez la izquierda mexicana alcanza el poder y presenta una iniciativa para cerrar los espacios a los partidos opositores, escribe Don Porfirio Salinas.
lun 12 agosto 2019 10:30 AM
Don Porfirio Salinas
Don Porfirio Salinas

La semana pasada, la diputada Dolores Padierna propuso reformar la Ley Orgánica del Congreso General mexicano para que, cuando un partido cuente con la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, automáticamente presida la Mesa Directiva durante los tres años de la Legislatura.

Padierna, de Morena y actual vicepresidenta de la Cámara de Diputados, también plantea en su iniciativa que, cuando se dé este caso de un partido con mayoría absoluta, no aplicará la restricción para que presida tanto la Mesa Directiva como la Junta de Coordinación Política al mismo tiempo.

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La iniciativa ha causado gran polémica pues, de aprobarse y dado que Morena hoy cuenta con casi 52 por ciento de la Cámara, se aseguraría que este partido presida la Cámara de Diputados durante los tres años de la actual legislatura; es decir, hasta 2021 que se tengan las elecciones intermedias.

Resulta por demás extraño que hoy que por primera vez la llamada izquierda mexicana alcanza el poder, desde su mayoría propongan una iniciativa de esta naturaleza. Más tratándose de una diputada de larga trayectoria de izquierda, y que nunca militó en el PRI.

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Y es extraño porque justo una de las principales luchas de la izquierda mexicana durante décadas, fue la de abrir los espacios de representación política para los partidos minoritarios, cuando se vivía el régimen hegemónico del PRI.

La principal batalla que dio la izquierda durante esa época fue por romper con esa hegemonía, con ese monopolio que señalaban del PRI, que tenía control del Poder Ejecutivo a nivel federal y estatal, así como del Poder Legislativo".

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Hoy, que la izquierda llega al poder después de tantas luchas por democratizar la vida pública del país, varios de sus integrantes parecen olvidar la naturaleza de sus luchas, y pretender reinstaurar esquemas que permitan a la fuerza mayoritaria actual concentrar el poder.

Padierna no es ajena a estas batallas. Su trayectoria política y partidista es de larga data. Ha sido una figura de izquierda desde muy joven, participando incluso en la dirigencia del entonces Partido Mexicano de los Trabajadores, fundado por Don Heberto Castillo y otros iconos de izquierda.

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También fue de los fundadores del Partido Socialista Unificado de México, y del Partido de la Revolución Socialista. Además de acompañar la lucha del ingeniero Cárdenas por la presidencia en 1988, y participar en la fundación del Partido de la Revolución Democrática, el PRD.

Si bien su carrera ha sido muy controversial, y ha tenido señalamientos de prácticas dudosas, particularmente por acciones de su esposo, René Bejarano, Dolores Padierna tiene arraigo y presencia incuestionables en la izquierda mexicana y sus luchas.

Muchos incluso la consideraban mucho más apta para ser la coordinadora parlamentaria de Morena en esta etapa de izquierda gobernante, precisamente por ese arraigo probado, a diferencia de Mario Delgado que poco conoce de esa historia de izquierda, pues es demasiado nuevo en ella".

Muchos incluso la consideraban mucho más apta para ser la coordinadora parlamentaria de Morena en esta etapa de izquierda gobernante, precisamente por ese arraigo probado, a diferencia de Mario Delgado que poco conoce de esa historia de izquierda, pues es demasiado nuevo en ella.

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Si hay una corriente política que sufrió las consecuencias del régimen hegemónico, es justamente la izquierda, que fue perseguida y oprimida en varias de sus etapas. Particularmente, a partir del movimiento de 1968 y posteriormente de los sucesos de 1971 y 1973.

A diferencia del PAN, que logró constituirse como partido político desde 1939 y en esa calidad dar sus batallas por la democracia, la izquierda nunca tuvo la capacidad de organizarse en una fuerza que alcanzara ese estatus y tuvo que dar sus luchas desde la clandestinidad.

Es derivado de esas luchas contra el régimen hegemónico que paulatinamente se fueron abriendo los espacios políticos. Un ejemplo fue la figura de diputados de partido en los años sesenta, que permitió el 15 por ciento de escaños a partidos minoritarios, entre ellos el PPS y el PARM.

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Posteriormente, con la gran reforma política de Reyes Heroles de 1977 se creó la figura de representación proporcional, los famosos plurinominales, que dio entrada significativa en ambas cámaras del Congreso de la Unión a los partidos minoritarios, muchos de izquierda.

Con las reformas del sexenio salinista, se flexibilizaron de manera importante las reglas para la creación de partidos políticos y su participación en los procesos electorales. Así, con la creación del PRD en 1989, con registro del PSUM, comienzan a ganar espacios electorales importantes.

Después, al consolidarse la izquierda a través del PRD como la tercera fuerza política de México, demanda espacios que le son otorgados en el Congreso de la Unión; particularmente participar en la conformación de sus mesas directivas y sus juntas de coordinación política.

Es gracias a los acuerdos políticos que se permite a la izquierda presidir en diferentes ocasiones la Mesa Directiva en ambas cámaras. Incluso, se fija en ley la regla actual de alternar la presidencia de las cámaras entre los tres partidos de mayor representatividad, y que la Jucopo sea presidida por un partido distinto al de la Mesa Directiva, para evitar el monopolio de la fuerza mayoritaria.

Sin embargo, la diputada Padierna hoy parece olvidar todas esas luchas que les permitieron hoy detentar el poder, y con su iniciativa intenta replicar el modelo de concentración de poder de la era hegemónica; aquel contra el que lucharon incluso con sangre por tantas décadas.

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Hoy, la iniciativa de Padierna recuerda más los intentos centralistas como la famosa cláusula de gobernabilidad de 1986, que buscaba asegurar al partido mayoritario la posibilidad de mayoría legislativa en detrimento de las minorías, y que fue eliminada en 1993 por antidemocrática.

Hoy, la iniciativa de Padierna parece emular la nociva dinámica que desde que ganó el PRD la Ciudad de México se instauró en la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y que aseguraba poder absoluto en el legislativo local al partido en el gobierno que, por cierto, era de izquierda.

Hoy, esta iniciativa de Morena, partido heredero de las luchas de izquierda, claramente olvida que el objetivo de esas luchas fue abrir los espacios a las fuerzas minoritarias, porque ellos eran fuerza minoritaria".

Hoy, esta iniciativa de Morena, partido heredero de las luchas de izquierda, claramente olvida que el objetivo de esas luchas fue abrir los espacios a las fuerzas minoritarias, porque ellos eran fuerza minoritaria.

Hoy que la izquierda está en el poder, parece nostálgica de la era hegemónica que tantas vidas les costó, y ansiosa por replicarla.

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