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La economía y los otros datos

El gobierno reconozca que parte del estancamiento y la desaceleración corresponde a las medidas del gobierno que están generando incertidumbre jurídica y económica, escribe Don Porfirio Salinas.
lun 05 agosto 2019 05:50 AM
Don Porfirio Salinas (columnista)
Los costos. El acuerdo alcanzado deja a México muy vulnerables porque se aceptó, de manera tácita, lo que tanto hemos tratado de evitar: ser un tercer país seguro de EU, dice Don Porfirio Salinas.

La semana pasada fue de importantes anuncios en materia económica. El principal, ampliamente festejado por el presidente, fue el del magro crecimiento de 0.1% de la economía mexicana en el segundo trimestre de 2019. Sí, 0.1% fue lo que celebró con bombo y platillo el presidente.

La razón principal de su festejo fue demostrarle a sus escépticos que México no está en una recesión económica. Incluso dijo que era el mejor crecimiento de un arranque de gobierno en los últimos cinco sexenios, a pesar de que en sus propias gráficas se muestra que 2007 fue bastante mejor.

La manera de festejar del presidente sorprendió a propios y extraños pues, en realidad, no hay mucho que celebrar. El propio secretario de Hacienda ha dicho que, si bien no estamos en recesión, sí estamos en una clara desaceleración; y que 0.1 no es muy diferente a 0.

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Si se considera el dato semestral, este primer semestre tuvo un crecimiento de 0.3%, lo cual representa el peor crecimiento para un primer semestre desde 2009, época en la cual estábamos en medio de una crisis financiera internacional, a diferencia de hoy.

Tan preocupante debe ser la situación en el gobierno, que justo la semana pasada la propia Secretaría de Hacienda anunció un paquete especial para reactivar la economía.

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Se adelantarán licitaciones de 2020 por 116,000 millones de pesos en medicamentos y obra pública, para que en enero el gasto se pueda ejercer de manera inmediata; según Hacienda, con esto las empresas ganadoras comenzarán contrataciones y compras de insumos este mismo año.

También se anunció el reforzamiento de créditos a través del FONACOT (Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores), Nacional Financiera y FIRA (Fideicomisos para Agricultura) por 320,000 millones; además de un incremento de 50,000 millones de pesos para obra pública.

Si bien el paquete es positivo, en realidad no representa la posibilidad de detonar de manera importante la actividad económica. Aunque sí ayuda tímidamente a contrarrestar el subejercicio de 174,000 millones de pesos de gasto público, también anunciado la semana pasada.

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En anuncio separado, Hacienda dijo que tendrá que usar 120,000 millones de pesos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, dado que los ingresos fueron menores a lo presupuestado, en parte por un menor consumo y en parte por el IEPS de combustibles.

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Otros anuncios hechos la semana pasada confirman que la economía está en una etapa muy preocupante. La venta de vehículos ligeros cayó 7.9% con respecto a julio del año pasado, siendo la peor caída desde julio de 2009, y confirmando la tendencia de los últimos meses.

El Indicador de Confianza del Empresariado del INEGI también registró una nueva caída, tanto en el sector manufacturero, con cinco meses a la baja; en el de construcción con tres meses a la baja; y en el de comercio, también con tres meses a la baja.

También el Indicador de Expectativas Empresariales del INEGI presentó retrocesos, particularmente en los rubros de Inversión de Planta y Equipo y el de Producción, los cuales son clave para calcular la actividad industrial.

Por otro lado, el Índice Global de la Actividad Económica presentó un ligero retroceso, particularmente debido a la contracción de las actividades secundarias, que son aquellas relacionadas con la producción industrial y la construcción.

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Y durante las últimas semanas, diversas instituciones han publicado revisiones a la baja del crecimiento. Destacan la encuesta del Banco de México a Especialistas del Sector Privado, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, Citibanamex, Moody´s y Barclays entre otros.

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La propia Secretaría de Hacienda hizo una revisión a la baja del crecimiento esperado para este año, situándolo en 1.1%, lo cual es ya un 0.9% menor a lo estimado en el Paquete Económico de 2019. En parte, lo atribuyen a una menor recaudación fiscal y a la caída en la producción petrolera.

El principal argumento tanto de Hacienda como del presidente para explicar la actual situación económica es el entorno internacional de desaceleración, así como la incertidumbre por las guerras comerciales. Y ante todos los anuncios anteriores, el presidente ha dicho que tiene otros datos.

Pero ya es momento de que el gobierno, empezando por el propio presidente, reconozcan que buena parte del estancamiento y la desaceleración económica corresponde a medidas del gobierno que están generando altos niveles de incertidumbre jurídica y económica.

Medidas como la cancelación del NAIM, detener las rondas petroleras, los recortes del gasto, la austeridad mal entendida en la estructura gubernamental, el cierre de las agencias gubernamentales de promoción de inversión y de turismo, entre muchas otras.

Podcast: ¿Qué es una recesión?

Una de las más graves son los arbitrajes internacionales iniciados por la CFE contra cuatro empresas comisionadas para la construcción de gasoductos. Medida que ha levantado focos rojos en los gobiernos de Canadá y EU por ser un claro atentado a las inversiones.

A pesar de que resulta evidente que la CFE no cuenta con los argumentos ni los números para sustentar sus dichos, no quiere ceder ni un ápice con estas cuatro empresas; y el propio Presidente ha respaldado a la CFE, sin entender que de litigarse los arbitrajes, perderá el gobierno.

Hace unas semanas, el Departamento de Estado de EU publicó un informe sobre el clima de negocios en México. En él, claramente dice que la incertidumbre en el cumplimiento de contratos, la inseguridad, el debilitamiento institucional y la corrupción están mermando el crecimiento económico de nuestro país e incrementando los costos de hacer negocios.

En estos ocho meses de gobierno, cada mes hemos tenido noticias de ocurrencias que detienen las inversiones. Sin inversión, no habrá crecimiento; y sin crecimiento no habrá el desarrollo que tanto prometió el presidente y que tanto urge al país. Es hora de que el presidente deje sus caprichos, reconozca los datos reales y se ponga a corregir sus errores en materia económica.

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