La trata de personas, la pedofilia y la corrupción de menores son delitos con altos niveles de impunidad en México, que se tienen que estudiar y analizar, incluso si eso implica dar voz a quienes cometen esos crímenes, asegura la activista Saskia Niño de Rivera en su más reciente libro “No nos dejes caer en tentación”.
La publicación es parte de una trilogía formada por “El infierno tan temido: el secuestro en México” y “Maldita entre todas las mujeres: testimonios y reflexiones de feminicidas y víctimas de este delito”, para los cuales la autora realizó más de un treintena de entrevistas en cada uno, para ejemplificar los casos que considera más relevantes.
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“No nos dejes caer en tentación” narra la violencia ejercida durante la niñez y cómo esta afecta para siempre la vida de quienes la padecen y, en algunos casos, se convierte en un catalizador para cometer delitos similares años más tarde.
Licenciada en psicología y con más de 13 años de experiencia en temas del sistema penitenciario, Niño de Rivera trabaja en el impulso de una ley de trata de personas, que evite el reclutamiento infantil. A través de Reinserta, organización que cofundó y de la que es vocera, busca dar voz y soluciones al problema de la violencia en niños y adolescentes en México.
Ella misma relata que es sobreviviente de violencia sexual y por ello es enfática en que el bienestar no depende de una figura paterna o materna en casa, sino de toda una red de apoyo, libre de violencia, que acompañe a los menores en su proceso de desarrollo. Su óptica es desde la prevención, para disminuir la incidencia de los crímenes.
Si bien su estilo de contar las historias desde la perspectiva de quienes cometen los delitos le ha valido críticas, especialmente en redes, ella asegura que no cambiará su manera de acercarse a una solución.
Aquí te presentamos parte de la conversación con Saskia Niño de Rivera:
¿Qué podemos hacer como familia para que disminuyan delitos como la trata y la pedofilia?
Yo creo que la familia es la base de la sociedad, pero la familia no como lo pensamos bajo un esquema de mamá, papá e hijos. Se trata de una red en la que se apoya incondicionalmente, es la diferencia entre casos de éxito y los que no.
Si una (niña) cae en manos de una psicóloga, una trabajadora social, una casa hogar donde se le brinda toda esa incondicionalidad, este amor, este apoyo, será una niña que tendrá éxito, a diferencia de otra que tenga el mismo nivel de violencia, pero entra y sale de una casa hogar, la mandan con la tía, pero ésta no la quiere, se escapa, termina en la calle, regresa al DIF y le toca una psicóloga que es indiferente, una casa donde ni siquiera tiene una cama donde dormir, regresa a la calle, se escapa, vuelve a regresar al DIF.
¿Qué objetivo tiene tu libro?
Visibilizar un problema terrible que tiene la sociedad mexicana. Un problema brutal como es la violencia sexual en las infancias, desde muchas ópticas. Desde el acoso sexual escolar hasta la creación de pornografía infantil, el turismo sexual infantil. Todo tipo de violencia sexual está llegando a cifras brutales en el país, están aumentando y somos muy indiferentes al tema y abrimos espacio a la impunidad.
Dentro del sistema de justicia mexicano, ¿por dónde comenzar a atender este problema?
Con la dignificación, es el 50% de la chamba. Si tienes policías dignos, ministerios públicos preparados, un apoyo de salud mental para que las personas no tengan trauma vicario. Si tienes policías de investigación capacitados, que los preparen realmente, que tengan herramientas y el presupuesto para llevar a cabo las investigaciones correspondientes, que tengan tecnología de punta para que no volteen a mecanismos como la corrupción, la tortura o la violación al debido proceso.
¿Qué respondes a tus críticos, a tus detractores, sobre las entrevistas que haces a personas que han delinquido?
No respondo a quienes me agreden. Hay quienes están a favor del punitivismo y hay quienes estamos en contra de él y las críticas que yo recibo son de mujeres, especialmente punitivistas. No tengo nada en contra, creo que se necesita un poco de todo para que los derechos humanos avancen. Pero el punitivismo no va con mis principios, no va con mis valores y no voy a ceder ante críticas que van en contra de lo que creo.
¿Tienes algún tipo de asesoría legal, acudes a terapia?
Tengo amigos que son penalistas, no acudí a ellos especialmente con este libro, pero sí recurro, porque hay una línea muy delgada entre hablar de corrupción, trata y pedofilia a crear contenido pornográfico para ciertas personas.
Voy a terapia regularmente desde hace muchos años, como parte de un trabajo de salud mental acerca de la violencia en México.