Su trabajo
Uno de los trabajos que le valieron reconocimiento lo realizó en conjunto con Sherry Rowland en 1974 donde predecían el adelgazamiento de la capa de ozono como consecuencia de la emisión de ciertos gases industriales. Este estudio, que se publicó en junio de ese año en la revista Nature, fue el que cambió la vida de Molina.
De 1976 a 1986, Molina y su grupo de investigación identificaron propiedades químicas de compuestos que juegan un papel importante en la descomposición del ozono en la estratósfera. Asimismo, demostraron en su laboratorio la secuencia de reacciones catalíticas que explican la destrucción del ozono en la estratósfera polar.
También investigó la química de la contaminación atmosférica en la baja atmósfera y colaboró con expertos para enfrentar el problema de la degradación de la calidad del aire en las grandes ciudades del planeta, especialmente grupos de contaminantes del aire en zonas urbanas, realizando importantes aportes al conocimiento y la solución de la contaminación atmosférica de la Zona Metropolitana del Valle de México.
“Es una enorme pérdida para el país y para el mundo en general. Acaba de hacer (en junio pasado) un artículo sobre la Covid-19 y la transmisión por aire, era un hombre en producción plena. Era nuestro único premio Nobel de Ciencias”, dijo Julia Tagüeña, investigadora del Instituto de Energías Renovables de la UNAM.
Para la investigadora, el trabajo de Molina fue fundamental en temas relacionados con la preservación del medio ambiente y el cambio climático. “Lo destacable de Mario Molina es su amor por México”, dice en entrevista.