La descarga de aguas residuales desde Tijuana hacia California se da desde hace algunas décadas y ocasiona, de acuerdo con Estados Unidos, el cierre de playas, “malos olores, la degradación del valle del río Tijuana y la pérdida de oportunidades económicas, además de enfermar a personas de ambos lados de la frontera”.
El administrador de la EPA, Lee Zeldin, informó que, tras el acuerdo alcanzado, ahora se requiere iniciar con las obras para solucionar el problema de descarga residual.
“Este año se ha logrado un gran progreso para resolver por completo la crisis de aguas residuales del río Tijuana, pero todo habría sido en vano si no tomáramos las medidas adecuadas para atender el inevitable crecimiento poblacional de Tijuana y sus alrededores. Eso es lo que logra la Minuta 333. Hemos establecido el marco para que se tomen medidas importantes y ahora esperamos ponernos manos a la obra rápidamente para implementar las acciones mutuamente acordadas. Presencié de primera mano la frustración de los residentes del área de San Diego cuando los visité en abril. Les prometí una solución total a este problema, y la EPA de Trump está haciendo su parte para cumplirla”, informó.
El embajador de Estados Unidos en México, Ron Johnson, destacó la colaboración entre México y Estados Unidos para alcanzar el acuerdo.
“La firma hoy del Acta 333 marca un avance histórico en nuestro compromiso compartido de proteger la salud y el medio ambiente de las comunidades en ambos lados de la frontera. Mediante una estrecha colaboración y un esfuerzo sostenido, Estados Unidos y México están aportando soluciones reales a un desafío que data de décadas. Este acuerdo demuestra lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos con urgencia, transparencia y respeto mutuo. Me enorgullece acompañar a nuestros socios mexicanos en nuestro camino hacia un futuro más limpio, seguro y próspero para la región Tijuana-San Diego”, indicó.