Deportación masiva 'estresa' ciudades fronterizas y atemoriza a mexicanos en EU
Allá, cientos de mexicanos evalúan qué hacer ante la posibilidad de ser deportados; aquí, albergues fronterizos se preparan ante la eventual llegada de cientos o miles de migrantes.
La amenaza del presidente electo, Donald Trump, de realizar una deportación masiva de migrantes, no sólo tiene en incertidumbre a miles de paisanos que radican en Estados Unidos, también ha "estresado" a ciudades fronterizas mexicanas que no están preparadas para recibir oleadas de indocumentados, ya sean connacionales o de otros países.
Desde Estados Unidos, familias enteras evalúan qué opciones tienen para evitar ser deportadas o separadas, se cuestionan si es mejor regresar a México o definen qué plan seguir en caso de que algún miembro sea expulsado. De este lado de la frontera, la preocupación -sobre todo en los albergues- es cómo recibir a cientos de migrantes en la que podría convertirse en la deportación más grande de la historia de esa nación.
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Mónica Ramírez, presidenta y fundadora de la organización Justice for Migrant Women, recordó que en 2017 Trump dijo que su gobierno iba hacer redadas y que deportaría a miles migrantes independientemente de la separación de familias... y todo lo cumplió.
"Entonces, estamos haciendo los preparativos para una nueva administración Trump, creemos que sus ideas políticas van a ser más radicales y más en contra de las comunidades migrantes", señala.
"Están hablando de la deportación de miles de personas y están diciendo que ya van a empezar con redadas en los trabajos, creo que sí sucederá, que va a ser peor que la primera vez”
Mónica Ramírez, presidenta y fundadora de Justice for Migrant Women.
Como candidato y como presidente electo, Trump ha sido claro sobre su visión de la migración: busca deportación masiva, la que asegura no es una cuestión de “precio”, sino de seguridad.
De los 47.8 millones de personas que viven en Estados Unidos y no nacieron en ese país, 11 millones son de origen mexicano.
En tierras estadounidenses, las organizaciones promigrantes se preparan para la defensa de cientos de mexicanos por la vía legal.
“Hay miedo, hay ansiedad, hay razón para ello, por sus familias. El trabajo que tenemos es para todas las personas que están diciendo que tienen miedo, que tienen ansiedad, tenemos que decirles que hay organizaciones que quieren apoyar y hacer lo posible para defenderlos”, sostiene Mónica Ramírez.
La administración que encabezará Trump a partir del 20 de enero tiene entre sus primeros pasos firmar órdenes ejecutivas para iniciar con el plan de deportación masiva, que tiene como meta un millón de expulsiones al año, pero no será ni económico ni fácil.
“Por más que desee sacar a mucha gente le va a costar mucho trabajo porque muchos se van a defender legalmente, cientos de miles se van a defender legalmente porque ya tienen vínculos con familiares, hijos, padres, madres que están en Estados Unidos y que son regulares. Por lo tanto habrá una batalla legal masiva”, asegura Javier Urbano, profesor e investigador del Departamento de Estudios Internacionales en la Ibero.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum instruyó al secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, a encabezar una gira con los cónsules en Estados Unidos y a parte del gabinete para sostener reuniones con gobernadores de la frontera y delinear el plan de recepción de los mexicanos que sean devueltos.
📸 En seguimiento a la instrucción de la presidenta @Claudiashein de garantizar la dignidad, la seguridad y el bienestar de todas y todos los connacionales en el exterior, el canciller Juan Ramón de la Fuente se reunió esta mañana con los embajadores @emoctezumab de @EmbamexEUA y… pic.twitter.com/6OLhqkZUoO
Pero esas medidas no dan certidumbre ni calma a los mexicanos radicados en Estados Unidos que sobrevivieron a la primera era Trump.
“La presidenta mandó un mensaje de que no se preocupen, que todo va a estar bien, pero no es así... hay una deuda con los mexicanos en Estados Unidos, el expresidente López Obrador en campaña dijo que convertiría a los consulados en verdaderas defensorías, pero nunca hizo”, sentencia Artemio Arreola, director político de la Coalición de Illinois para los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados en Estados Unidos.
Trump tiene varias herramientas para cumplir su amenaza. En esta segunda etapa como presidente llega con más fuerza y menos contrapesos, y estará acompañado de un equipo de línea antiimigrante, entre ellos Marco Rubio, nominado a ser secretario de Estado; Kristi Noem, como secretaria de Seguridad Nacional; Mike Waltz, como asesor de Seguridad Nacional; Tom Homan, el próximo “zar de la frontera”, y recientemente se sumó la nominación de Ronald Johnson como embajador de Estados Unidos en México.
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En la frontera con México, albergues piden recursos
En las ciudades fronterizas no hay calma. Conforme se acerca el 20 de enero, cada vez más migrantes intentan ingresar a territorio estadounidense, pues han escuchado que Donald Trump tendrá mano dura contra la inmigración irregular, incluso más que en su primer periodo, por lo que consideran que “ahora o nunca” el momento de cruzar.
En Tijuana, Baja California, el director del albergue Juventud 2000, José María García Lara, explica que, en los hechos, los albergues que se encuentran en la frontera -y no las autoridades- son los primeros respondientes ante la llegada de migrantes, ya sea que vengan de sur a norte o cuando son deportados, por lo que pide a los tres niveles de gobierno que destinen recursos para que sean debidamente atendidos.
“En los albergues estamos tratando de suavizar la necesidad de estas comunidades, pero también le estamos quitando una carga al gobierno federal, estatal y municipal haciendo esta labor de ayuda social, humanitaria a estas comunidades”, plantea.
A semanas de que Trump llegue a la Casa Blanca, en el albergue que está a su cargo la capacidad está al 65%, con migrantes desplazados por la violencia en México, extranjeros que esperan una cita en Estados Unidos y otros que ya fueron regresados.
Pedimos a la presidenta un recurso extraordinario que llegue a los estados fronterizos y a los municipios que van a atender estas comunidades de migrantes".
José María García Lara, director del albergue Juventud 2000.
A todos se les brinda comida, un lugar donde dormir y servicios, lo que cada mes es complicado solventar, por lo que se requiere de donaciones y lo ideal, remarca el activista, sería de un presupuesto.
“Se les da un lugar donde puedan dormir, donde puedan alimentarse todos los días, donde puedan bañarse aquí en el lugar, donde puedan estar determinado tiempo, ropa, donaciones que llegan aquí al lugar. Hay que darles cobijas para que se cubran, ahorita estamos en la temporada de invierno, siempre hace falta el recurso económico para operatividad interna en todos los albergues, quizás no solamente en Juventud 2000, sino en todo el país. Hace unos días a nosotros nos cortaron la luz ¿Por qué? Por falta de recursos. No hay recursos”, dice García Lara en entrevista.
El INM tiene una red de estaciones migratorias que son albergues que funcionan como estancias temporales mientras se resuelve la situación administrativa o legal de las personas migrantes, quienes estarán alojados por un plazo no mayor a 15 días hábiles. Algunas son temporales con capacidades para alojar a tres personas y otras permanentes, en donde hay cabida para 100.
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Los gobernadores de Nuevo León, Tamaulipas, Baja California, Sonora, Chihuahua y Coahuila ya se preparan ante la posibilidad de deportaciones masivas. En las ciudades fronterizas alistan albergues temporales y delinean programas de contratación de migrantes.
“No hablamos como tal de una estrategia de deportaciones, pero sí que estuviéramos listos por si empiezan en febrero (las deportaciones), pues que los estados estemos atentos”, dijo el gobernador Samuel García, luego de asistir al Consejo Nacional de Seguridad Pública, que encabezó la presidenta Claudia Sheinbaum.
A nivel municipal también se trabaja en planes para dar trabajo o instalar albergues temporales, como lo hacen en Nogales, Sonora.
“No tenemos la capacidad en nuestro albergue, pero tenemos otros con los que colaboramos como el de iniciativa Kino y Juan Bosco, vamos a activar otros dos con apoyo del gobierno del estado, son dos centros comunitarios que prepararemos ante la situación que pudiera presentarse”, dijo el alcalde de Nogales, Sonora, Juan Francisco Gim.
García Lara, quien ha visto la llegada de cientos de migrantes deportados y aquellos que quieren llegar a Estados Unidos, no tiene duda de que se viene un "caos" en la frontera.
"Se creará todo un caos muy fuerte en nuestras fronteras de nuestro país y pues Tijuana no es una excepción: deportados nacionales masivamente, y luego que también deporten a nuestras fronteras migrantes de otras nacionalidades, más aparte, los que está viniendo de sur a norte, que son migrantes nacionales desplazados, más todas las comunidades que están llegando a las zonas fronterizas", afirma.