Si alguna de las 'corcholatas' dejara el partido, Morena enfrentaría una crisis interna, pero también perdería votos, lo que impactaría en el proyecto político del presidente López Obrador.
“Es muy difícil repetir la votación de 2018, va a ser una elección de 15 millones, la mitad de lo que él tuvo. Después de él, no hay mayor horizonte dentro del obradorismo, entonces él tiene que plantear unidad, que no haya ninguna fractura y dos, tener el mayor margen de acción para el próximo sexenio a partir del Senado y Cámara de Diputados”, agrega Garciamarín.
Y sí, al presidente López Obrador le interesa llevarse el “carro completo” en la jornada del 2 de julio de 2024. Ha llamado a los ciudadanos a votar “parejo” pues su plan es que si su partido logra mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, concretar las reformas constitucionales que la oposición le ha negado y que en la Corte han tenido revés.
“Parejo, porque si se tiene el triunfo en la Presidencia, como ahora, ganamos la Presidencia, ganamos la mayoría en el Congreso, pero como no se tiene dos terceras partes en el Congreso se han dedicado a bloquearnos”, convocó el pasado 9 de mayo.
¿Hay un favorito?
A diferencia de otros expresidentes, Andrés Manuel López Obrador abrió la sucesión presidencial antes de la mitad del sexenio. ¿El motivo? Controlar en todo momento el proceso mediante el cual se definirá a su candidato y quien le asegure la continuidad de su proyecto.
“Por ahora, la favorita es Claudia, pero eso no quiere decir que Claudia tiene la candidatura 100 por ciento asegurada y más pensando en que el presidente lo único que le interesa es ganar la elección de 2024 a como del lugar, por eso colocará a la persona que él crea que le va a asegurar el triunfo”, refiere Jacques Coste.
Garcíamarin considera que aunque hay señales que indican que Sheinbaum es la favorita, no está decidido. “No está decidido, si ya estuviera decidido no tendríamos un presidente preocupado por eso”, refiere.