En los 51 meses de su administración, López Obrador ha replicado el modelo de comunicación que instrumentó durante su paso por la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal (2000-2006), pero con un formato recargado: ahora expone temas durante más de dos horas, tiene secciones fijas, presenta invitados y hasta incluye una selección musical con sus temas a los que recurre frecuentemente.
Sin embargo, aunque se trata del único ejercicio en el mundo en el que un presidente se pone de lunes a viernes frente a un grupo de periodistas, en los cuatro años no se ha logrado el cometido: cuestionar al poder.
Cortés explica que esto se debe, en parte; porque el propio presidente no suele responder lo que se le pregunta; y también porque él utiliza ese espacio para hacer propaganda, para denostar a la prensa, para hablar de los temas que a él le interesan e incluso para “distraer” de los problemas relevantes en el acontecer nacional.
Otro elemento que destaca, es que una parte importante de los asistentes a las mañaneras no son periodistas, sino blogueros o activistas afines a su movimiento.
“Muchas veces me horrorizó al comprobar que en una mañanera no hay una sola pregunta sobre algún tema de actualidad que resulta muy trascendente para la ciudadanía; pueden ser cuestiones de la relación con Estados Unidos, temas de migración, temas de la deuda de Pemex, de la economía, de la inflación.
"Muchas veces, los youtubers preguntan sobre cosas que no tienen ningún tipo de trascendencia en términos de la actualidad y termina la rueda de prensa sin que él haya hablado de algo crucial; ni qué decirle temas de del narcotráfico o del crimen organizado”, critica el periodista.
¿Por qué no se ha podido cuestionar al poder si, de lunes a viernes, el presidente se presenta por más de dos horas ante la prensa? Es una pregunta con varias respuestas, explica el analista, entre ellas, alude, el formato de las mañaneras y los usos que el propio mandatario federal les da a las conferencias.
Cortés asegura que los periodistas tienen un papel fundamental para que el poder rinda cuentas y que, más allá del gobierno del presidente López Obrador, su rol es cuestionar al poder. Pero en el escenario actual, el presidente, agrega, los ataca porque cuentan una verdad que a él no le gusta.
“Los medios de comunicación tenemos un papel crucial en una democracia, nosotros somos los más preparados para pedirle al poder que rinda cuentas, para procesar qué nos da el poder, para trasladársela a los ciudadanos, para contextualizarla, para contrastarla y eso no se da”, advierte Cortés, un periodista nacido en España, pero por años ha trabajado en México.