· Recurrir al voto popular para decidir si se procesa o no a alguien es una parodia del Estado de derecho.
· Esta consulta sirve a varios de los propósitos del presidente Andrés Manuel López Obrador. Le gustan los votos consultivos porque apoyan su afirmación de prestar más atención a la población que sus predecesores. Los ha utilizado para respaldar decisiones que quería tomar de todos modos, como la cancelación del Nuevo Aeropuerto la Ciudad de México.
· El resultado de la consulta tendrá fuerza vinculante si participa el 40% del electorado y la mayoría vota a favor. Si eso sucede, algunos piensan que el gobierno establecerá una especie de comisión de la verdad sobre el pasado reciente.
· El artículo cita a María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MMCI): “la corrupción en México goza de buena salud”.
· Aunque López Obrador prometió licitar los contratos públicos, su gobierno ha adjudicado el 81%, cifra superior al 79% que adjudicó el priista Enrique Peña Nieto.
· La lucha contra la corrupción se ha convertido en una herramienta política. El año pasado, España extraditó al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, acusado de aceptar sobornos de la consultora brasileña Odebrecht, sin embargo, no ha sido encarcelado y se ha convertido en testigo protegido, incriminando a los enemigos del gobierno.
· Aunque sigue siendo popular, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya no es invencible y así lo muestran los resultados del pasado 6 de junio en el que, si bien su partido ganó 11 gubernaturas, sufrió una humillante derrota en la Ciudad de México y perdió espacios en la Cámara de Diputados.
· Muchos mexicanos siguen pensando que el presidente López Obrador está de su lado, pero están sufriendo por el mal manejo de la pandemia por parte del gobierno y la recesión económica, así como por la crisis de inseguridad.
· Para distraer la atención de los fracasos políticos, el presidente necesita de todos los espectáculos de teatro de Cantinflas que pueda.