En su segundo trienio, AMLO tendrá menos presión de los gobernadores

En una reunión en la Ciudad de México con los nuevos mandatarios, en los que los invitaron a comprometerse con los principios de la llamada cuarta transformación, el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, anunció que habrá una nueva relación de los gobernadores con el Ejecutivo federal, lo cual atraviesa por replanteamiento de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) o incluso por la construcción de una propia organización de mandatarios.

“Se acabó la Conago como instrumento de politiquería; como instrumento para estar exigiendo recursos al gobierno federal, sin revisar sus presupuestos, sin revisar el ejercicio del gasto público en los estados y sin tener cooperación en muchos otros niveles que mejorarían el bienestar de nuestro país. Se va a replantear esta relación para tener un nuevo modelo de interlocución, cooperación, con el ejecutivo”, anunció.

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Surgida en 1999 como Asociación Nacional de Gobernadores (Anago) y después como la Conferencia Nacional de Gobernadores, la Conago se ha ido debilitando con el paso de los años. La fractura más fuerte la sufrió el 7 de septiembre de 2020 cuando 10 mandatarios estatales anunciaron su salida con el argumento de que ese órgano ya no ayudaba a la interlocución con el gobierno federal y a defender la soberanía de los estados.

Luego de su salida, se formó la Alianza Federalista integrada por los mandatarios de Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas.

Pero esa no es la única organización de gobernadores en México. Los panistas también tienen la propia: la Goan y recientemente, los gobernadores electos de Morena de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit conformaron a Alianza del Pacífico, "Noroeste Mexicano en Transformación".

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Aldo Muñoz Armenta, catedrático de la Universidad Autónoma del estado de México (UAEM), considera que con la fragmentación de gobernadores, será complicado que impulsen una agenda en común y un canal de diálogo directo con el presidente de la República. Recuerda que si la Conago, con 20 años de existencia, no logró la suficiente fuerza, ahora fragmentados, será más complejo.

“La Conago no tenía mucho peso político, no tenía una incidencia puntual en políticas públicas nacionales, pero con 17 gobernadores de Morena, la Conago queda sin peso, porque a ninguno de los morenistas les interesará pelearse con el presidente… Es una especie de la restauración del federalismo centralista. El presidente va a decir qué hacer y qué no hacer en los estados”, advierte.

De mayoría a oposición

Cuando López Obrador tomó posesión como presidente de México, la composición política era muy diferente. Su partido, Morena, había conseguido sus primeras cinco gubernaturas, por lo que 27 mandatarios estatales eran de oposición.

En los primeros dos años de su gobierno, el mandatario federal tuvo varios desencuentros con los gobernadores, entre éstos por la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), por la inseguidad pues incluso expuso a aquellos mandatarios delegaban ese problema en colaboradores, por el presupuesto y la petición de revisar el Pacto Fiscal.

Rafael Morales, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, afirma que en su momento, los gobernadores demostraron que podían ser contrapeso al poder Ejecutivo federal; sin embargo, advierte que con una mayoría morenista, desde los estados no habrá oposición con fuerza.

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“La Conago pudiendo haber sido un contrapeso derivó en una subagrupación facciosa como la Alianza Federalista encabezada por Alfaro, y al final terminaron extinguiéndose de lo que pudo ser una especie de contrapeso … En lo que resta de este sexenio esos contrapesos no van a venir de los territorios, no van a venir de los gobernadores, de los congresos estatales”, destaca.

Aunque en la reunión que sostuvieron con su líder de partido, Mario Delgado, el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro, aseguró que habrá trabajo coordinado con el presidente, mas no obediencias, los politólogos consultados ven que habrá sumisión.

“Habrá completa subordinación al jefe del Ejecutivo Andrés Manuel López Obrador, acatarán sin chistar lo que les diga el presidente”, afirmó Telésforo Nava, académico de la Universidad Autónoma de México.