En este tenor, México volvió a registrar un nuevo hecho histórico el día 7 de septiembre pasado, en el que 10 gobernadores anunciaron su salida de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y lo justificaron por diversas razones, entre ellas porque consideran que “ya no sirve” para lo que fue creada originalmente en 2001. No obstante, con su desarticulación se devela que los gobernadores se mantienen adheridos al pacto federal solo por el dinero ministrado por la Federación, y no por contribuir a formar un verdadero contrapeso político que también era una plataforma para el mantenimiento del federalismo.
Como resultado, ello tendrá impacto en el orden interior. Los estados pueden volverse aún más desarticulados en sus políticas públicas, acto que tiene impacto en los problemas permanentes y emergentes, como la atención a la pobreza, la inseguridad, el desarrollo económico, la promoción turística, por mencionar algunos. La atención de problemas multidimensionales concomitantes en algunos estados, ya sea por región geográfica o por fenómeno de inseguridad, requiere de forma obligada una participación corresponsable e interesada de los gobernadores para su resolución, con el fin de generar acuerdos entre sí y con la Federación. Federalismo es también la armonización voluntaria de las políticas públicas para atención de los problemas nacionales.
Sin embargo, la desarticulación de la Conago no solo demostró la falta de interés político de los gobernadores en los asuntos federales, sino también en los problemas conexos de los mismos estados, acto que debió estrecharse más y hacerse más perseverante ante las acciones tendientes a la centralización administrativa por parte del Ejecutivo Federal. En vez de la desarticulación, se debió haber promovido una nueva política fiscal para redefinir la aportación tributaria que los estados hacen a la Federación, y la retribución que reciben en el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas. No obstante, la falta de voluntad política se hizo patente en el abandono de la Conago.
México padece de gobernadores que se han enfocado en fortalecer su imagen política, pero están al frente de estados débiles, marcados por finanzas en números rojos, inseguridad, y falta de desarrollo económico. Los gobernadores requieren reunirse nuevamente en el Café Habana (un café del centro histórico que tomaron de centro de operaciones un día después de visitar la Secretaría de Gobernación al inicio de la administración), y hacer un ejercicio reflexivo para replantear su visión de lo que significa el Federalismo, de cómo contribuyen al orden interno, qué se espera de ellos, y qué significa ser parte de los Estados UNIDOS Mexicanos. La desarticulación de la Conago obliga a los ejecutivos estatales a replantear el federalismo y generar un nuevo diálogo con el Ejecutivo Federal, así como la redacción de un nuevo pacto de participación y protección federal.