1. El combate a la corrupción
López Obrador llegó al poder con la bandera de acabar con la corrupción y la impunidad. “La peste de la corrupción generó la crisis de México (…) Este gobierno no será recordado por corrupto”, dijo en septiembre en su segundo informe de gobierno.
La politóloga de la Universidad Iberoamericana, Ivonne Acuña Murillo, reconoce que parte del legado del gobierno actual es el combate frontal a la corrupción, cuando menos respecto a lo que sucedió el sexenio pasado que, comenta, “fue espeluznante”.
“Es una apuesta difícil la del presidente, porque aunque dice que la corrupción va a terminar porque él no es corrupto, en realidad toda la estructura está podrida”, refiere.
El país se ubica actualmente en el puesto 130 entre 180 países del Índice de Percepción de la Corrupción que realiza Transparencia Internacional, cuando en el segundo año de Enrique Peña Nieto, México se ubicó en lugar 103 de 175 naciones.
En contraste, algunos expertos exponen que muchas de las decisiones de este gobierno se han realizado argumentando que había actos de corrupción, aunque no se han presentado de ello, ni se ha visto un cambio contundente.