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Generación Z, ante el reto de desmarcarse de partidos y generar un liderazgo

Los jóvenes nacidos entre 1997 y 2012 pueden convertirse en un movimiento político, pero necesitan que su organización sea apartidista aunque no apolítica, explican expertos.
dom 23 noviembre 2025 11:59 PM
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En menos de una semana, la Generación Z se manifestó dos veces en la Ciudad de México. (Foto: Raquel Cunha/Reuters)

La movilización de la Generación Z puede convertirse en un movimiento político que haga “trastabillar” al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, sin embargo, para pasar de las marchas se requiere requiere de un liderazgo fuerte y desvincularse de partidos políticos, plantean expertos.

Aldo Muñoz Armenta, catedrático de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), considera que la Generación Z enfrenta como desafío lograr desvincularse de algún partido político, de lograrlo, ganaría en legitimación.

"Los errores del gobierno no pueden hacerse desde los partidos porque los los partidos de oposición están muy, muy desacreditados. Entonces este todos los opositores necesitan marcas no partidistas para desacreditar al gobierno, si aparecen con una marca partidista, pues su credibilidad es cero", explica.

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Aunque la Generación Z tiene sus propias demandas, la autenticidad de la movilización ha sido puesta en duda por la presidenta Claudia Sheinbaum, por la dirigencia de Morena y varios morenistas.

Antes de que se realizara la primera movilización, en la mañanera de la presidenta Sheinbaum se acusó que era una movilización pagada.

“Se trata de una convocatoria inorgánica, pagada, con la participación de la derecha internacional, con cuentas de redes sociales operadas desde el extranjero, generadas en el momento y con otras cuentas que apoyaron a la oposición y que participaron en las campañas de mentiras con las narcoetiquetas en 2024”, afirmó Miguel Elorza, coordinador de Infodemia.

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La Generación Z requiere de liderazgos, aseguran los expertos. (Foto: Raquel Cunha/Reuters.)

La presidenta de Morena señaló que Edson Andrade, uno de los convocantes de la marcha recibió un contrato del Partido Acción Nacional.

Armenta sostiene que la Generación Z necesita mostrar esa neutralidad partidista pues de no hacerlo sus peticiones no serán tomadas con seridad, pues de uno u otro lado, se pone en duda su espontaneidad.

"Los de la oposición dicen es 'es genuina, es espontánea, es apartidista'. Y el gobierno dice 'no es neutral, fue inducida, estuvo promovida por personajes de grupos empresariales no afines al gobierno y es promovida por partidos políticos'. Lo relevante en el debate es ¿a quién representan? ¿A la oposición o o a la ciudadanía? ¡Son los partidos enmascarados de sociedad civil o o de Generación Z?", plantea.

El movimiento puede tomar fuerza

Telésforo Nava, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica que históricamente los jóvenes han levantado la voz en el país por lo que las marchas convocadas por los nacidos entre 1997 y 2012 pueden tomar fuerza y convertirse en un movimiento.

“Los más sensibles ante los grandes problemas son los jóvenes. No descartemos que los jóvenes van a tomar fuerza, así como los jóvenes del 68. En las movilizaciones vimos a jóvenes que ya están hartos, hartos porque no se le satisfacen sus necesidades”, explica en entrevista.

En el segundo año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum surgió la primera movilización contra su administración. Una bandera del anime One Piece conglomeró a la llamada Generación Z, que fue secundada por el Movimiento del Sombrero vinculado al recientemente asesinado Carlos Manzo, exalcalde de Uruapan.

El pliego petitorio de la marcha del 15 de noviembre que conglomeró a más de 17,000 personas, de acuerdo con datos oficiales, tuvo como lema: “Porque no estamos por ningún partido. Estamos por México”. El documento se integró por 12 puntos, entre ellos que haya revocación de mandato presidencial, crear un Organismo Ciudadano de Transparencia Total, una reforma profunda del sistema de justicia, así como la desmilitarización de la seguridad pública.

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Un movimiento apartidista, pero no apolítico

El movimiento de la Generación Z no es apolítico, pero para tomar fuerza debe mantenerse como apartidista.

Telésforo Nava explica que no puede ser apolítico porque el ser humano es un ser político y lo que están haciendo los jóvenes al manifestarse es política.

“El ser humano, el hombre es un animal político siempre hacemos política sin darnos cuenta. Fue una reacción política el haber convocado a la marcha”, dice.

Sin embargo, considera que lo importante es cuidar que ningún partido se apropie de este movimiento. “Los jóvenes ya se han deslindado como movimiento de cualquier organización política. El PAN estaría feliz que lo voltearán a ver los del movimiento. Este movimiento tiene carácter, entre más los ataquen, más van a crecer”, plantea.

Jacques Coste, analista político y columnista de Expansión Política, sostiene que al gobierno le incomodó la manifestación de los jóvenes porque a diferencia de la Marea Rosa, conglomeró a jóvenes de diferentes clases sociales.

“Al contrario de la Marea Rosa, que fue una movilización de clases medias altas y élites centradas en una causa más o menos abstracta y sin tracción electoral —“defender la democracia”—, las manifestaciones del sábado mostraron un carácter más interclasista, juntaron a diversos sectores inconformes con distintas deudas del gobierno federal y estos temas sí podrían tener potencial electoral”, afirmó en su columna ¿Por qué las marchas del sábado incomodaron tanto a Morena?

El reto de la generación Z: un liderazgo

Además de no permitir vínculos partidistas que deslegitimen a la Generación Z, los expertos consideran que uno de los retos que enfrenta es tener un liderazgo fuerte.

“Debe ser un liderazgo fuerte, debe de mantenerse en sus posiciones frente a los reclamos que está haciendo el gobierno y tratar de irles dando más coherencia y fortaleza a las respuestas”, considera Telésforo Nava.

Aunque la manifestación causó molestia al gobierno, el analista Coste afirma que no puede ser considerado como un parteaguas para su gestión.

“Por un lado, la presidenta conserva altas cifras de aprobación y Morena cuenta con amplia tracción social; por otro lado, una golondrina no hace verano: para que una movilización influya en el rumbo político nacional debe ser sostenida”, agrega.

Aldo Muñoz Armenta sostiene que si el movimiento no tiene un liderazgo y legitimación, sus planteamientos serán minimizados, y muestra de ello es que desde el poder se ha insistido en poner en duda la espontaneidad de las movilizaciones.

"El gobierno le puso mucho énfasis a querer desacreditar el movimiento. Es parte de su estrategia hacer notar que son oposición, hacer notar que tienen marca partidista, lo cual significa que sus denuncias, que sus demandas no es la sociedad civil quejándose y que en realidad el pueblo está del lado del gobierno", agrega.

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