Con Andrés Manuel López Obrador se registró el homicidio de 10 sacerdotes. Mientras que en lo que va del periodo de Claudia Sheinbaum suman dos casos: el de Bertoldo Pantaleón y el del padre Marcelo Pérez Pérez, defensor de derechos humanos en Chiapas, quien fue asesinado en San Cristóbal de las Casas en octubre de 2024.
Sin embargo, fue en el sexenio de Enrique Peña Nieto que se registró el número más alto de estos crímenes contra clérigos, con 19 asesinatos.
Alberto Guerrero Baena, consultor en seguridad, advierte que estos casos evidencian no solo la falta de una política de protección a líderes religiosos y sociales, sino también que el crimen dejó de "respetar" las instituciones religiosas.
El crimen organizado dejó de tener respeto por las instituciones religiosas, ya dejaron de santiguarse frente a los ministros de culto o sacerdotes y ahora los hacen partícipes de la violencia como víctimas, derivado que muchos de ellos se dedican a reconstruir comunidades”.
Alberto Guerrero Baena, consultor en seguridad.
Abel Barrera, fundador y director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, en Guerrero, señala que las personas que realizan trabajos en la comunidad –como activistas y sacerdotes– enfrentan más riesgos porque los grupos criminales “monitorean” sus actividades para cuidar que no afecten sus intereses.
“Es el riesgo para las personas que realizan trabajos en la comunidad, porque en cada región hay grupos que tienen monitoreada a la población, quién trabaja con las comunidades, qué están haciendo, cuáles son sus (actividades), vigilan que no sea alguien que esté haciendo 'contralabor' o que ponga en riesgo su trabajo”, alerta.
El CCM advirtió desde 2024 que la mayoría de estos crímenes permanecen impunes, lo que agrava esta crisis. “Los sacerdotes siguen siendo tratados como ciudadanos de segunda categoría”, denunció el organismo en el informe titulado Violencia contra sacerdotes, religiosos e instituciones de la Iglesia Católica en México .
"¿Por qué tanta violencia?"
“Están imparables los ataques de grupos armados de la delincuencia ¿Por qué tanta violencia? No se puede salir con tranquilidad”, alertó el Cardenal Felipe Arizmendi en una columna publicada en el semanario católico Desde la Fe .
"Entre nosotros, están imparables los ataques de grupos armados de la delincuencia común y de la organizada, las manifestaciones violentas de grupos destruyen todo a su paso, (...) causan incontables daños a miles de personas ajenas al problema", escribió.
En su reflexión, afirmó que la extorsión y el miedo ya son cotidianos. “Pequeños negocios han tenido que proteger sus instalaciones con rejas y varios candados, o cerrar, porque no pueden pagar las cuotas que les exigen los extorsionadores”, apuntó.
Para el cardenal, esta espiral de violencia tiene raíces más profundas, pues “no sólo es responsable el gobierno… es, sobre todo, la falta de educación en valores humanos desde la familia, desde la escuela y los medios de comunicación. En último caso, es la falta de una verdadera fe en Dios”, escribió.
El Centro Católico Multimedial documentó en su informe de 2024 que cada semana 26 templos fueron profanados o atacados. En el 42% de estos casos se trató de robos de arte sacro y en 37% actos de odio religioso o político.
La progresiva desacralización y ausencia de respeto hacia lo santo es alarmante.
Centro Católico Multimedial
Desde junio de 2022, los obispos mexicanos ya habían expresado su preocupación en una carta pastoral.
“El crimen se ha extendido por todas partes, trastocando la vida cotidiana, afectando las actividades productivas, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente… y, lo más grave, manifestándose con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres”, denunciaron.
A la vez, lanzaron un grito colectivo: “¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos. Todos somos mexicanos, todos necesitamos vivir en paz y concordia”.
El Diálogo Nacional por la Paz, iniciativa integrada por la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Dimensión Episcopal para los Laicos, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y la Compañía de Jesús, lamentó este martes el asesinato del padre Bertoldo y aseguró que es un llamado a seguir trabajando para recuperar la paz.
En el comunicado, calificó el asesinato como “una herida que afecta a su familia, a la Iglesia y a las comunidades a las que sirvió”, y llamó a las autoridades a investigar el caso, castigar a los responsables y fortalecer la seguridad.