Aunque a nivel nacional el gasto catastrófico de los hogares disminuyó en 2024 respecto a 2022, en las familias más pobres, ubicadas en el nivel de ingresos más bajo, tuvo efectos negativos y 20,000 hogares adicionales empobrecieron por costear cuidados de salud.
Así lo reveló un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), basado en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024 del Inegi, el insumo principal para analizar la evolución de la pobreza en el país.
La asociación advirtió que la falta de cobertura en el sistema público impacta de peor manera a la población con menos recursos.
"Las familias más pobres enfrentan una mayor carga financiera para acceder a servicios de salud. Esta situación refleja que el sistema continúa sin ofrecer una protección efectiva para quienes más lo necesitan", explica el CIEP.
Colectas solidarias, la vía para costear la salud
El segundo tratamiento de radioterapia le salvó la vida a Paulina, pero también le provocó una perforación de intestino y un fallo renal. Ahora necesita una cirugía de reconexión intestinal.
Sin recursos suficientes ya, su esposo Eduardo Cauich optó por iniciar una colecta solidaria que ayude a disminuir la presión económica de la familia para que Paulina continúe el tratamiento médico.
“El cáncer regresó con secuelas graves. Ha atravesado hemodiálisis, choques sépticos y tres cirugías mayores”, escribió el residente de Mérida, Yucatán, en una plataforma de recaudación de fondos.
“Ella los usará exclusivamente para pagar la cirugía que necesita con urgencia; cubrir medicamentos, insumos médicos y tratamientos posteriores; liquidar hospitalizaciones, honorarios médicos y cuidados domiciliarios; abonar parte de la deuda médica acumulada de las anteriores intervenciones”, detalló.
Como ellos, cientos de familias recurren cada vez más a las colectas solidarias cuando tienen una emergencia médica y carecen de acceso a servicios de salud. La plataforma GoFundMe, donde se pueden organizar las recaudaciones, ha recibido decenas de peticiones de pacientes mexicanos.
Y en muchas ocasiones, aunque se tenga afiliación a una institución, esto no garantiza la atención efectiva. Judith Méndez, autora del análisis del CIEP, explica que si bien 63% de la población contaba con alguna adscripción pública en 2024, de las personas que necesitaron servicios médicos, seis de cada 10 decidieron atenderse en establecimientos privados o farmacias.
El problema es que, en el caso de los padecimientos que generan gastos catastróficos o de tratamientos médicos caros que no son costeables, las familias enfrentan gastos empobrecedores aunque tengan pólizas. En México, solo 13 millones de personas tienen acceso a un seguro médico privado, estima la asociación Soy Paciente.
Lo sabe Lorena Colitto. Es madre de un joven con síndrome Miopático –una enfermedad degenerativa que afecta los músculos–, además de epilepsia e hipertensión. Ha pasado gran parte de su vida en tratamientos médicos, desde niño. Primero en hospitales privados y después en uno particular de la Ciudad de México, que la familia ya no pudo seguir pagando. La aseguradora tampoco asumió los gastos en un principio.
“Después de cuatro días sin poder salir del hospital, tuve que firmar un pagaré al hospital para poder sacar a mi hijo”, narró la mamá en otra petición de donaciones.
“Nuevamente nos encontramos en una situación delicada y, al no tener la economía ni el seguro, no he podido realizar una serie de estudios de alta especialidad, ya que tienen un costo muy elevado”, agregó.