“La prevención es la fuerza más formidable, universal y misteriosa, inscrita en el corazón del hombre, capaz de transformar el mundo. Por lo cual, para que la iglesia sea un espacio seguro, requiere ser sensible ante las necesidades de sus miembros, de tal manera que esté abierta a la escucha, la comunicación, la acogida”, señaló la iglesia.
La Arquidiócesis Primada de México sostuvo que un aspecto muy importante es garantizar en cada parroquia la seguridad de los menores, así como de los adultos vulnerables, por lo que estableció una serie de requisitos que deben cumplir todas las parroquias para que se constituyan como un espacio libre.
Entre estos puntos está implementar una “correcta” educación sexual parental, pues la iglesia sostiene que brindar la educación sexual formal y científica no es suficiente, ya que se limita a la fecundación, pero advierte que intervienen sentimientos, cultura, historia, sociedad, familia y vínculos afectivos.
Detalla que esto aspectos no los enseña la ciencia, sino la educación desde el amor, la ternura y la seguridad que ofrece la familia y los vínculos sanos.
También apuesta por la creación de comitivas, códigos de conducta y reglamentos, pues señala que se requiere de elementos bien establecidos que guíen el comportamiento de las personas, establezcan de manera clara los límites y revisen los aspectos particulares del entorno.
Otra es realizar talleres de sensibilización, formación y capacitación que aborden los temas relevantes como los diferentes tipos de violencia, entre ellos la familiar, económica, étnica, social, sexual, bullying, psicológica, de pareja, física y digital, así como problemas sociales, como la negligencia, adicciones, enfermedades, desplazamiento y migración, discriminación, inseguridad, conflictos armados, divorcio y familias disfuncionales.
Otra es la difusión de información que promueva los espacios seguros donde estén presentes niñas, niños y adolescentes, para que la población acceda a comentarios proporcionados por expertos y reflexionen sobre sus realidades concretas.
Asimismo esta disminuir los lugares de riesgo; es decir, observar los espacios inmuebles o de encuentro para reconocer aquellos aspectos que representarían un riesgo para la integridad de las niñas, niños, adolescentes y adultos en situación de vulnerabilidad.
Asimismo están los cambios de fondo que ayudan a sanar las "heridas" generacionales, las formas de educar, que se repiten de manera inconsciente, y las formas de crianzas que "dañan profundamente" a las personas y merman cada aspecto en el que se pueden desarrollar.