El informe resalta que aunque hay una ausencia total de datos que midan la actividad del crimen organizado de un modo comparable entre países, la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC, por su sigla en inglés) creó un índice.
Este sistema está basado en datos cuantitativos y evaluaciones cualitativas que ofrece medidas internacionalmente comparables. Se compone de dos puntajes: uno sobre criminalidad y otro sobre resiliencia.
Según los datos arrojados, en 2023, 12 países de América Latina y el Caribe, incluido México, se encontraban entre los 50 primeros en esta puntuación, junto a países como Myanmar, la República Democrática del Congo, Nigeria, Sudáfrica, Rusia e Italia.
México también es el país de la región con mayor participación en mercados ilícitos, 13 de 15, seguido de Brasil y Colombia, cada uno con ocho. Este caso contempla casos como el comercio de la cannabis o de la cocaína.
El informe aclara que se sabe poco acerca de dónde y precisamente cómo se materializan esas actividades, cómo están estructurados e interconectados los grupos, hasta qué punto se especializan o diversifican en múltiples mercados o cómo fluye entre distintas manos el dinero involucrado en esas actividades.
"Gran parte de esta actividad es invisible. Los homicidios y la corrupción relacionada con el crimen organizado, cuando se descubre, se pueden observar, pero otras actividades criminales son más difíciles de detectar", apunta el documento.