“Se requiere una campaña para evitar una ola de xenofobia, que sí se puede dar dada la gran cantidad de mexicanos migrantes y de personas de otras nacionalidades que ya están en México y tendrán una fuerte demanda de apoyos y servicios”, expone Efraín Jiménez, coordinador del Colectivo de Federaciones y Organizaciones Mexicanas Migrantes (Colefom), que reúne a 102 organizaciones de mexicanos que viven en Estados Unidos.
“No sólo es el retorno de mexicanos migrantes, sino que ya hay más de 260,000 personas que se quedaron varadas en las zonas fronterizas, más otras caravanas que están en camino hacia el norte y, al cancelarse la 'CBP One' y la posibilidad de pedir asilo, se van a quedar en las ciudades mexicanas”, anticipa.
El sábado, Trump ordenó imponer aranceles a México, Canadá y China ante lo que calificó como extraordinaria amenaza que representan los inmigrantes ilegales y las drogas, incluido el "mortal fentanilo".
"El presidente Trump está tomando medidas audaces para exigir a México, Canadá y China que cumplan sus promesas de detener la inmigración ilegal y evitar que el fentanilo venenoso y otras drogas ingresen a nuestro país", informó la Casa Blanca.
"El flujo sostenido de inmigrantes ilegales tiene consecuencias profundas en todos los aspectos de nuestra vida nacional: satura nuestras escuelas, reduce nuestros salarios, reduce nuestra oferta de viviendas y aumenta los alquileres, sobrepobla nuestros hospitales, agota nuestro sistema de bienestar social y causa delitos", agregó.
Jiménez, quien forma parte de la comunidad mexicana que reside en Estados Unidos, considera probable una "situación de xenofobia" hacia los migrantes, incluso en México.
“Sí se puede generar una situación de xenofobia en México si no empezamos a hacer con tiempo una campaña de educación, de difusión que destaque en qué contribuyen los migrantes, no solamente los mexicanos migrantes, también los migrantes en llegada o en tránsito, todos", apuntó.
La experiencia indica que, si bien es un lugar común señalar que México es hospitalario, agrega Jiménez, ya se han dado casos de discriminación y abusos.
En la Ciudad de México, considerada “ciudad santuario”, está garantizado, al menos en su Constitución local, el derecho a migrar y hay una Ley de Interculturalidad. No obstante, se registró el desalojo de un campamento migrante el 6 de junio del 2024.
Ese día fueron desalojadas por el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN) cientos de personas migrantes, la mayoría provenientes de Haití, pero también de Venezuela, Colombia, Honduras y El Salvador.
“Si ves un migrante repórtalo”, fueron las leyendas de carteles que colocaron vecinos de la colonia Juárez, a dos calles de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
Hoy los migrantes se aglomeran en la nueva sede de la Comar en la Avenida Los Remedios, en colonia Luis Tlatilco, Naucalpan, donde esperan tramitar una cita para solicitar asilo en México y obtener un permiso para quedarse en el país.
Andrea González, experta en migración de la Facultad de Filosofía de la UNAM e integrante del Observatorio de Migración en la Ciudad de México, advierte que debe evitarse la repetición de casos como el de la Plaza Bruno Giordano.
Es hora de generar empatía. Somos un país que tiene millones de personas mexicanas viviendo en Estados Unidos, todos tenemos familiares, amigos, que viven allá y sabemos lo que significa que la situación de xenofobia, de violencia, de discriminación que ellos viven en ese país. La sociedad mexicana debe estar preparada para no reproducir esos esquemas”.
Andrea González, experta en migración de la Facultad de Filosofía de la UNAM.
“Lo que tenemos que hacer es partir de que tienen que cumplir las leyes nacionales y los estándares internacionales en materia de promoción de derechos humanos de personas migrantes, o sea, no es opción no hacerlo, tenemos obligaciones como Estado”, agregó.
Aranceles para México
Tras varios días de amagos, el presidente cumplió este sábado su promesa de imponer aranceles para México, Canadá y China. La presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, contraatacaron con aranceles de vuelta a los productos estadounidenses.
Desde su campaña, incluso desde que estuvo por primera vez en el poder, Trump justificó los aranceles por la "poca acción" de los gobiernos para detener el tráfico de fentanilo y el flujo de migrantes a Estados Unidos.
“¡Este arancel permanecerá vigente hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los migrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país!”, dijo el presidente de Estados Unidos.
Con una amenaza similar, Donald Trump logró que el gobierno federal firmara en 2019 –con el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador– una declaración conjunta en la que México aceptó desplegar a elementos de la Guardia Nacional para contener a los migrantes irregulares, así como recibir a solicitantes de asilo de otras nacionalidades.
Entonces, la medida derivó en una reducción de 46% en el flujo migratorio durante el primer periodo del republicano. Ahora, en su regreso a la Casa Blanca, Trump aplica la misma fórmula con México.