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Salud repetirá encuesta de adicciones por inconsistencias; expertos ven opacidad

Especialistas en políticas de drogas consideran que el sondeo pudo cancelarse por arrojar resultados irreales o mostrar un aumento en el consumo, lo que contradecía la visión del gobierno anterior.
mar 28 enero 2025 03:47 PM
Adicciones
Con la repetición de la encuesta de adicciones de 2023, México sumará más de ocho años sin datos actualizados sobre consumo de drogas.

La Secretaría de Salud canceló la Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones (Enasama), que se levantó entre octubre de 2023 y mayo de 2024, por errores en la metodología e inconsistencias en los resultados.

Este sondeo, que no se actualizaba desde hace ocho años, estuvo a cargo de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) y del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), organismo que se encargó del procesamiento de los datos.

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Levantarán otra encuesta de drogas

Aunque los resultados de la encuesta debían difundirse el año pasado, el Conahcyt no los publicó nunca. La presidenta Claudia Sheinbaum explicó este martes que las estadísticas no son comparables con sondeos previos y por eso se realizará la encuesta otra vez.

“Se hizo el estudio por parte de Conahcyt, pero hay algunos resultados en donde no se puede hacer una tendencia de la encuesta anterior a la encuesta del Conahcyt”, dijo.

“Entonces, estamos buscando un esquema para realizar la encuesta, que permita tener mayor información de las adicciones en nuestro país”, justificó en su conferencia matutina.

Por su parte, la Secretaría de Salud informó que la cancelación de la encuesta obedece a la necesidad de evaluar mejor el fenómeno de uso de sustancias, debido a que se modificó durante la pandemia de covid.

Así que decidió “profundizar los estudios sobre adicciones” y hacer “un levantamiento exhaustivo de estudios clínicos y básicos en relación con las adicciones”. También incluirá datos de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), que brindan tratamiento a usuarios de drogas.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) realizarán la nueva encuesta, que todavía no tiene fechas concretas, aunque la dependencia prometió entregar los resultados este mismo año.

Históricamente, el INSP ha hecho todas las encuestas de salud del país y, en conjunto con el Instituto Nacional de Psiquiatría, el sondeo sobre adicciones, hasta que en el sexenio pasado se decidió dejarlo fuera.

El costo fue uno de los argumentos para que el Conahcyt se hiciera cargo: necesitaría una inversión de 100 millones de pesos, menor al gasto estimado para las encuestas del INSP. Pero, al final, el sondeo de Conahcyt resultó fallido y con errores.

¿Datos a modo?

Además de la metodología, la encuesta se canceló porque, al revisar los datos, el secretario de Salud notó que arrojaban resultados irreales o incongruentes con mediciones anteriores.

Sin embargo, la dependencia no ha detallado en qué consiste la falta de correspondencia con la realidad.

Aldo Contro, especialista en políticas de drogas, considera dos hipótesis. La primera es que los datos mostraban un aumento en el consumo de sustancias y esto contradecía el discurso del sexenio pasado, donde el expresidente Andrés Manuel López Obrador aseguraba que el uso de drogas no era un grave problema en México.

“Es decir, posiblemente mostraba consumos muy elevados y era inconveniente o incompatible con la narrativa del gobierno”, explica.

La segunda hipótesis que plantea es que los resultados coincidieran tan exageradamente con la narrativa de López Obrador, que fueran irreales.

Esa falta de congruencia en los datos sería inconveniente ahora que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum busca negociar con el del estadounidense Donald Trump en temas de migración y tráfico de drogas. Esta narrativa de consumos de drogas tan bajos pondría en duda la supuesta reducción de sustancias, en particular del fentanilo, que ha defendido México.

Es posible que reportaran consumos tan bajos que serían poco creíbles”,
Aldo Contro, director de CE Libre.

Uso político de datos sobre drogas

Con la cancelación de la Enasama, México tardará un año más en proporcionar nuevos datos sobre el consumo de drogas. El retraso es grave porque la falta de cifras ha impedido diseñar políticas públicas basadas en evidencia para atender este fenómeno, explica Cristina Reyes, directora de Litigio Estratégico en México Unido contra la Delincuencia (MUCD).

“La información estadística sobre el consumo de sustancias es fundamental para plantear políticas públicas basadas que realmente respondan a las necesidades de la población mexicana y no estén basadas en estigmas o prejuicios”, indica.

Por ello, ante los retrasos en la actualización de estos datos, MUCD interpuso y ganó un amparo que ordena a las instituciones de salud retomar la encuesta. Hasta ahora, las autoridades han mostrado voluntad para cumplir la resolución, reconoce.

La falta de estadísticas sobre uso de drogas tiene otras implicaciones. Para Aldo Contro, director de CE Libre, una organización que promueve políticas de drogas basadas en reducción de daños, muestra la poca importancia que el gobierno anterior le dio al tema.

Durante el sexenio de López Obrador se retrasó la realización de la Encuesta de Adicciones, que se publicó por última vez en 2017, en un contexto de aumento en los consumos.

La Conasama y el Instituto Nacional de Psiquiatría presentaron algunos datos sobre drogas en los últimos años, pero su alcance es más limitado que el de una encuesta nacional y se centraban en la atención médica a usuarios de drogas más que en el consumo. Pese a ello, las cifras mostraban un aumento en el consumo de fentanilo y metanfetaminas, principalmente.

Así, sostiene el experto, las autoridades difundieron la narrativa de que en México no hay un elevado consumo de drogas para justificar la suspensión de la encuesta, reducciones presupuestarias para atender las adicciones e investigaciones. La política de drogas se redujo a una campaña de comunicación contra el fentanilo.

A la par, y de manera contradictoria, el gobierno pasado aseguraba que la violencia era resultado del consumo de drogas, a tal punto, menciona, que llegó a afirmar sin evidencia que Guanajuato -gobernado por la oposición y con un alto número de homicidios-, era el estado con más uso de sustancias.

“Hubo un uso político de esta falta de información desde el poder, y esto tuvo doble efecto negativo. Por un lado, desconocer el problema y, por otro lado, utilizar esa falta de información para golpear políticamente”, subraya.

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Oportunidad en nueva metodología

En el diseño, que prevalece desde hace años, existe otro error: considerar adicción todo uso de sustancias, agrega Contro, cuando es muy menor el porcentaje de usuarios con consumo problemático que aquellas personas que prueban una droga alguna vez en su vida.

Así que rectificar la Enasama es mejor que tener datos dudosos. Su rectificación significaría que el actual gobierno de Sheinbaum prioriza la evidencia.

Cristina Reyes, de MUCD, considera importante reforzar la metodología, que en encuestas anteriores también ha tenido detalles a mejorar.

Es fundamental, considera, que se tome en cuenta la experiencia que las instituciones tienen sobre uso de drogas e incluir más fuentes de información. Aunque los Centros de Integración Juvenil tienen datos valiosos, su alcance se limita a las personas que efectivamente atienden y no muestra un panorama amplio del consumo en México.

“Solamente hacemos el llamado a las autoridades para que se consideren las perspectivas de otras instituciones públicas que se dejaron fuera en la encuesta anterior de 2023, para tener una perspectiva integral de los aspectos que tendrían que recabarse en esta encuesta”, exhorta.

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