La vacunación arrancó a partir de las siete de la mañana y para el medio día la mayoría de farmacias ya no contaba con dosis disponibles, pues llegaron entre 20 y 40 para cada sucursal.
Aunque llegó poco antes de las 12 horas, la familia de la señora Mónica Cerdeño ya no alcanzó dosis para adultos en la Farmacia San Pablo de Vértiz, en la alcaldía Benito Juárez, de la Ciudad de México.
Ella buscaba vacunar a siete integrantes de su familia y a un niño de ocho años.
“Venimos a preguntar por la vacuna, pero desafortunadamente ya se agotaron las de adulto, hay para niño. Son como las 12 del día y abren a las ocho, hay que estar muy temprano”, declaró.
Cerdeño esperó a que estuviera a la venta la vacuna de Pfizer, porque considera que las dosis que aplica de manera gratuita el gobierno federal no son lo suficientemente seguras.
“La (vacuna) que está distribuyendo el gobierno no tiene ninguna garantía de que sea confiable, no tiene permisos de la FDA”, afirmó.
La señora y su familia querían vacunarse antes de viajar para celebrar las fiestas decembrinas fuera de la Ciudad de México, pero, ante las pocas dosis disponibles, solo pudo vacunar a su hijo de ocho años.
Con la comercialización de estas dosis, Pfizer se convirtió en el primer laboratorio que ofrece vacunas anticovid en el sector privado de México.
También se colocó como la primera farmacéutica en traer al país una vacuna actualizada, es decir, que protege contra las variantes más recientes del virus SARS-CoV-2, derivadas de Ómicron.
Las personas que han acudido a vacunarse a las farmacias privadas consideran que el precio establecido por la dosis de Pfizer, de 848 pesos, es accesible.
“Ojalá que sí se pueda uno vacunar, aunque paguemos, creo que es un precio justo”, agregó Mónica Cerdeño.