En su exposición previa a la votación, el ahora comisionado presidente, Adrián Alcalá Méndez, se defendió de acusaciones: “No me prestaré al juego de las redes que buscan desprestigiar y desacreditar a mi persona, tengo el honor de trabajar en este Instituto durante casi 10 años”, dijo.
Destacó que el INAI sufre ataques continuos y que la falta de acuerdo en el Senado ha impedido la integración plena del Instituto. Pidió además enfrentar la “mala percepción que se pretende formar con distintos actores” sobre el trabajo del Instituto.
Adelantó que se prevé una reingeniería; realizar en 100 días un primer análisis de las propuestas para mejorar al organismo y colaborar con la Auditoría Superior de la Federación y los órganos Internos de Control (OIC) en la investigación, corrección y prevención de conductas irregulares.
También propuso simplificar resoluciones, lograr la interoperabilidad de las plataformas del INAI, ir al federalismo cooperativo y trabajar de forma horizontal con organismos garantes de los estados.
Denuncia de irregularidades
“No puedo votar por alguien inmoral”, acusó al emitir su voto la comisionada Julieta del Río, quien al arranque del proceso desistió de buscar la presidencia, por lo que sólo quedaron dos contendientes.
“No puedo avalar a personas que no tienen solvencia moral y ética suficiente para tomar las riendas de este instituto. No, no puedo, va contra mis principios, mis valores”, apuntó.
Al anunciar su voto a favor de la comisionada Josefina Román, Del Río advirtió que hay irregularidades en otras áreas del INAI.
En su discurso de desistimiento, reveló, sin mencionar detalles, que ha presentado denuncias desde 2021 en el comité de ética y el Órgano Interno de Control (OIC).
“Debe encabezar una persona con calidad moral. No es malo denunciar, nadie debe estar en contra de la honestidad. Defendamos las auditorías, denunciemos la corrupción, denunciemos las peticiones de personal de este instituto”.