A partir de este viernes, esas unidades médicas serán administradas por el nuevo organismo de salud, según establece el Decreto por el que se desincorporan por fusión el Centro y los Hospitales Regionales de Alta Especialidad que se indican con el IMSS-Bienestar.
Lo anterior significa que los recursos humanos, presupuestarios, financieros y materiales de los hospitales de especialidad también serán gestionados y transferidos al IMSS-Bienestar.
De los seis hospitales que se fusionarán con el nuevo organismo sanitario, tres fueron construidos bajo el esquema de asociación pública-privada (APP) durante sexenios pasados. Este modelo implica diseñar, construir, operar y mantener los hospitales con dinero privado a cambio de que el gobierno federal pague un monto anual por un tiempo determinado para cubrir el costo.
De esta manera, la operación de las unidades médicas APP, creadas como organismo descentralizado de la Administración Pública Federal, queda a cargo del gobierno y puede disponer de ellas, siempre y cuando cumpla los contratos celebrados con los privados.
Uno de estos hospitales es el Regional de Alta Especialidad del Bajío, ubicado en León, Guanajuto. El contrato de esta unidad médica de 247 camas se asignó en 2005 y establece que el gobierno pagará por su mantenimiento y operación un monto anual de 354 millones de pesos durante 25 años. A la fecha, quedan siete años vigentes de ese acuerdo.