La Riviera Maya ya padece problemas de deforestación y contaminación del acuífero subterráneo debido al crecimiento desmedido. Rojo expone que no hay un análisis real sobre los impactos que generará el Tren en términos de desarrollo inmobiliario y turístico.
“La MIA sólo refleja la poca comprensión de los responsables del megaproyecto y de los autores de dicho documento, sobre la importancia de los hábitats y corredores biológicos, el comportamiento de las especies que en ellos viven y la necesidad de evitar su reducción y destrucción, debiendo reconocer que la pérdida de hábitat se traduce en la pérdida de las especies”, se lee en la respuesta de Selvame del Tren al documento de Impacto Ambiental presentado por Fonatur.
Aracely Domínguez, líder del Grupo Ecologista del Mayab, que acompaña la lucha colectiva contra la deforestación de la selva, cuestiona la promesa de desarrollo económico para las comunidades indígenas.
La activista sostiene que la experiencia con megadesarrollos en la región ha sido el enriquecimiento de unos cuantos a costa de los recursos naturales.
El camino de la resistencia
Roberto Rojo reconoce que hay en el colectivo una frustración generalizada, al ver que no sólo no son escuchados, sino que además han sido denostados públicamente.
“Ha sido muy desolador, descorazonador, darnos cuenta de los engaños hacia la gente, de las mentiras del Gobierno. Verlo en carne propia nos ha desmoralizado. Nadie nos paga por hacer esto, hay jóvenes, hay niños, niñas, gente que tiene sus trabajos, y que estamos luchando por defender la selva. Al verlos llorar a mí se me parte el corazón, porque ellos saben la riqueza que implica”, cuenta.
Lo que sigue es seguir resistiendo, asevera.
“Ahora lo que nos queda es llamar a la sociedad a que se sume, que vean lo que está pasando en esta parte del país. En estados como Veracruz ya se perdió el 90% de la vegetación original. En Quintana Roo aún tenemos selva y tenemos que protegerla”.
“Tenemos que unirnos y comenzar a defender nuestra naturaleza, porque si la perdemos, perdemos todo”, concluye Aracely Domínguez.