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México ha perdido en 20 años suficientes bosques para cubrir cinco veces la CDMX

La industria ganadera, de acuerdo con Conafor, es la responsable de 74% del cambio de uso de tierras en el país, las zonas más afectadas son la Península de Yucatán, Chiapas, Michoacán y Jalisco.
mar 20 junio 2023 06:00 AM
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Las estadísticas muestran que, entre 2001 y 2021, más de 3 millones de hectáreas forestales fueron arrasadas para convertirlas en zonas de crianza y pastoreo de animales.

Nota de la editora: Esta es la segunda entrega de la colaboración con Expansión en la que publicaremos algunos de los principales hallazgos de la investigación Los bosques que perdimos ; este artículo está dedicado a México.
Fe de erratas: En el newsletter matutino del 20 de junio damos a entender que esta investigación fue elaborada en conjunto por Expansión. Expansión solo tiene un acuerdo para republicar parte del trabajo de la Red LATAM de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes y Mongabay Latam.

Con la presencia de casi el 70% de todas las especies de plantas y animales del mundo, México es uno de los llamados países “megadiversos”, es decir, una de las 17 naciones que albergan la mayor riqueza biológica del mundo, de acuerdo con la organización Conservación Internacional.

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Sin embargo, entre 2001 y 2021, la deforestación de sus bosques primarios, una de las mayores fuentes de biodiversidad en el mundo, superó el medio millón de hectáreas, una superficie capaz de cubrir casi cinco veces la Ciudad de México, su capital, de acuerdo con datos de Global Forest Watch (GFW), una plataforma de monitoreo satelital.

Para identificar las actividades que amenazan los bosques de América Latina y conocer cómo miden los países la deforestación, la sexta generación de la Red LATAM de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes y Mongabay Latam nos propusimos dar una mirada profunda a este problema en 12 países de Latinoamérica que en veinte años han perdido más de 39 millones de hectáreas de bosques primarios o intactos, de acuerdo las cifras de GFW.

Para hacerlo solicitamos información pública a los gobiernos de Ecuador, Guatemala, Colombia, Bolivia, Brasil, Perú, Argentina, Chile y México sobre las extensiones y causas probables de pérdida boscosa. El objetivo: reconstruir el avance de la deforestación y las decisiones políticas que lo permitieron.

Las cifras brindadas por el gobierno mexicano son un poco distintas. México perdió 4 millones 50,854 hectáreas de bosque del 2001 al 2019, de acuerdo con la información recopilada por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) e identificada para esta investigación.

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De los nueve países de los que se solicitó información a sus gobiernos, los únicos que brindaron datos concretos respecto a las causas de la deforestación fueron Colombia y México. Las causas relacionadas con la pérdida de bosques en territorio mexicano son ganadería, tierras agrícolas, asentamientos humanos, humedales (captación de agua, acuicultura) e incendios.

De acuerdo con los reportes de Conafor, la industria ganadera es la responsable del 74% del cambio de uso de tierras en México, y tiene entre sus zonas más afectadas a la Península de Yucatán y los estados de Chiapas, Michoacán y Jalisco.

Las estadísticas muestran que, entre 2001 y 2021, más de 3 millones de hectáreas forestales fueron arrasadas para convertirlas en zonas de crianza y pastoreo de animales. Una extensión similar a 1.5 veces el Estado de México. La segunda razón por la que se talaron los bosques mexicanos, a una tasa de 46,817 hectáreas por año, fue para convertirlos en sembradíos agrícolas (21%).

El aguacate, la soya, la palma aceitera y la caña de azúcar son cuatro de los monocultivos que demandan grandes extensiones de bosque y que agotan los nutrientes de las tierras mexicanas. El denominado oro verde se extendió violentamente en zonas forestales de Jalisco y Michoacán por acción del crimen organizado, que buscó tener el control de este producto de exportación, pero sembríos como la palma crecieron con ayuda estatal.

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Hitos políticos y económicos detrás de la deforestación: de Calderón a AMLO

Como parte de la investigación, también comparamos el avance de la pérdida boscosa en la región con las principales decisiones políticas que adoptaron los gobiernos en las últimas dos décadas. Con este fin, se seleccionaron los tres países que contaban con cifras oficiales de deforestación casi completas para el período 2001 a 2021 (Brasil, México y Perú), dos que iniciaron su monitoreo anual a mitad del periodo (Colombia y Bolivia) y uno que se mantiene el desfase y opacidad en sus datos (Ecuador). Esto nos permitió asociar los momentos más críticos de la deforestación con los gobiernos de turno y entender qué factores fueron determinantes.

En el caso de México, fue en el gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012) que se impulsó el programa de Reconversión Productiva (2007-2012) para sustituir los cultivos de maíz por soya y palma aceitera, dos monocultivos que demandan grandes extensiones de bosque y que agotan los nutrientes de las tierras mexicanas.

Incluso se entregaron subsidios a productores y se repartieron plántulas de palma en Chiapas, donde se tenía como meta sembrar 100,000 hectáreas de este monocultivo. Precisamente, los datos históricos analizados en este reportaje muestran que en este gobierno la deforestación escaló de manera sostenida hasta llegar a una de sus peores cifras: de casi 99,000 hectáreas arrasadas al inicio de su mandato, su periodo concluyó con 324,000 hectáreas perdidas.

Incluso se entregaron subsidios a productores y se repartieron plántulas de palma en Chiapas, donde se tenía como meta sembrar 100,000 hectáreas de este monocultivo. Precisamente, los datos históricos analizados en este reportaje muestran que en este gobierno la deforestación escaló de manera sostenida hasta llegar a una de sus peores cifras: de casi 99,000 hectáreas arrasadas al inicio de su mandato, su periodo concluyó con 324,000 hectáreas perdidas.

Pero una de las cifras récord en pérdida de bosques ocurrió en 2016, en la gestión de Enrique Peña Nieto (2012-2018), periodo en el que se impulsó el sector agropecuario de exportación y se continuó con los incentivos económicos a la producción de palma, debido a su cotización y demanda en el mercado internacional. Según los datos de la Conafor, ese año 350,000 hectáreas fueron arrasadas por el cambio de uso de suelo a pastizales y el aumento de tierras para la agroindustria.

Para Miguel Martínez, investigador titular del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, las dimensiones sociales y económicas son los factores que impulsan la deforestación y degradación de los bosques en América Latina (UNAM). Las regulaciones políticas, dice, deberían regular, fiscalizar, promover la diversificación del trabajo y la conservación de la biodiversidad, pero muchas veces impulsan los mandatos de los mercados internacionales que, en el caso de México, apuestan por el aguacate y la palma.

El gobierno de López Obrador recortó los presupuestos de Conafor, que recibió un 30.7% menos del dinero con el que operó en 2018. Además, la administración de López Obrador dio inicio a Sembrando Vida , un proyecto que promueve la plantación de árboles frutales y maderables, y al que se destinó gran parte del presupuesto de apoyo al sector rural. Datos de World Resources Institute (WRI) revelan que este proyecto fue responsable de una pérdida de cobertura forestal superior a las 70,000 hectáreas.

También los responsables de la deforestación en este periodo son los megaproyectos como el Tren Maya. Para saber más sobre las consecuencias y las resistencias a este proyecto puedes leer la historia “La selva que se lleva el tren" del periodista mexicano Alejandro Castro, que también forma parte de esta investigación.

*Conoce aquí la investigación completa

*Conoce aquí más información sobre la deforestación en México

*El proyecto Los bosques de perdimos es parte de una alianza periodística entre Mongabay Latam y la sexta generación de la Red LATAM de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes .

Edición general: Alexa Vélez. Editores: María Isabel Torres. Coordinación: Vanessa Romo. Investigación y análisis de base de datos: Gabriela Quevedo, Vanessa Romo, Mariana Recamier, Diana Cid, Andrea Arias, Bruno Scelza, Bruno Vinicius, Carlos Kestler, Isidora Varela, José Sarmiento, Nicole Vargas y Xilena Pinedo. Análisis geoespacial: Juan Julca. Equipo periodístico: Elizabeth Salazar y Vanessa Romo. Visualización de datos y diseño: Richard Romero y David Adrian García. Audiencias y redes: Dalia Medina y Richard Romero.

*Conoce aquí al equipo completo de la la sexta generación de la Red LATAM de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes.

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