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Sembrando Vida: tres años de operar con deficiencias

El Conveal señaló que existen procesos con áreas de oportunidad que es necesario fortalecer para contribuir a una mejor implementación del programa.
mié 21 septiembre 2022 07:00 AM
Sembrando Vida 2
El Coneval destacó que Sembrado Vida es el segundo programa con mayor presupuesto en el gobierno federal.

A tres años de arrancar su operación, el programa Sembrando Vida , uno de los proyectos prioritarios del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aún presenta fallas y “áreas de oportunidad” en su diseño e implementación, que complican conocer sus avances y si está cumpliendo con las metas propuestas.

Las problemáticas que el Consejo Nacional de Evaluación de Política Social (Coneval) encontró en la "Evaluación de procesos del Programa Sembrando Vida" van desde un incremento en la demanda de agua, plantas que no corresponden a las condiciones climáticas de las regiones receptores y hasta cuellos de botella en los servicios bancarios para el cobro del apoyo.

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En 2020, Expansión Política publicó un reportaje en el que se identifican algunos de estos hallazgos que dificultan tener claridad en la operación del programa al que se le destinaron 29,903.9 millones de pesos este año.

De acuerdo con Coneval, Sembrando Vida se colocó como “uno de los nueve programas prioritarios con mayor presupuesto después de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores”, pese a que no tiene cobertura nacional. Actualmente tiene presencia en 983 municipios de 21 estados.

De acuerdo con la evaluación, las Reglas de Operación no definen los mecanismos por los cuales se seleccionan o priorizan las entidades y los territorios en los que opera el programa, lo que provoca que la población interesada no tengan información de las posibilidades reales para participar en el programa aunado a que el concepto de meta programada no está definido.

sembrando vida

En su evaluación, el Consejo plantea que no hay indicadores asociados a los aspectos sociales para medir la “suficiencia alimentaria”, por lo que se recomienda construirlos para poder verificar el avance en el cumplimento de los objetivos del programa, subraya el reporte de 318 páginas.

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"Áreas de oportunidad" de Sembrando Vida

Las debilidades se registran desde la selección de los sembradores, pues se identificó que la información correspondiente a los interesados que no resultaron seleccionados, no se captura en la plataforma "S-Núcleo", por lo que “no existe la posibilidad de verificar cuáles fueron los requisitos que no pudieron reunir y que pudieran revisarse para ejercicios posteriores”, lo que –de acuerdo con lo que documentó este medio– se presta a la discrecionalidad y control de los beneficiarios.

De acuerdo con las entrevistas realizadas con sembradores y técnicos, el Coneval identificó que están “muy preocupados por lograr las metas que les establecen o determinan desde las oficinas centrales”, mismas que han ido cambiando desde el primer año sin justificación.

Lo que implica que, “en aras de alcanzar estas metas, no se respeten los modelos Sistemas Agroforestales (SAF) o Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) diseñados inicialmente que son la base del programa para alcanzar las necesidades alimenticias básicas de las familias de los sembradores”.

En cuanto a las actividades relacionadas con aspectos sociales, que están en el ámbito de atención de los técnicos sociales, en particular a aquellas que conduzcan a la regeneración del tejido social, estas no se establecen de manera clara, ni forman parte de un plan integrado para tal fin. En consecuencia, no están establecidas las metas e indicadores que pudieran utilizarse en su medición.

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El programa ha sido presumido por el Ejecutivo federal como uno de los más grandes en reforestación e, incluso, lo ha promovido en Estados Unidos para que apoye económicamente su expansión en Centroamérica. Desde México se han destinado recursos para su operación en Honduras, Guatemala y El Salvador.

No obstante, el Coneval identificó algunos problemas ambientales. Por ejemplo, se observó que algunas de las plantas que proporciona la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) al programa “no cuentan con las características técnicas para ser llevadas a parcela”, por lo que recomendó considerar las condiciones climáticas de las regiones receptoras de la misma, así como los periodos para su entrega, a fin de facilitar su trasplante y reducir la mortalidad.

El Consejo también advirtió que como consecuencia de la modificación en las densidades se prevé un incremento en la demanda potencial de agua en los predios de los sembradores que constituirá un problema para el mantenimiento y cuidado de las plantas. “Como área de oportunidad se señala la necesidad de prever acciones durante la planeación para atender la demanda de agua en parcela”, se indica.

Los problemas con los apoyos

Expansión Política publicó desde el año pasado, las dificultades de los sembradores para recibir sus apoyos, pues tenían que recorrer incluso varios kilómetros para llegar a las cabeceras municipales y ya en ellas, hacer largas filas a fin de sacar en los pocos cajeros automáticos y con el riesgo de que no alcanzaran a cobrar. Todo esto fue confirmado por el Coneval.

“Se identificaron posibles cuellos de botella en los servicios bancarios para el cobro del apoyo económico en el Banco del Bienestar, relacionados con un número reducido de cajeros cercanos a la población beneficiaria, así como cajeros que no funcionan y saturación de las ventanillas”, señaló.

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Al respecto, recomendó fortalecer la vinculación y comunicación entre el Banco de Bienestar y el programa para agilizar la solución de problemáticas en el proceso de pago a los sembradores, particularmente con el uso de tarjeta.

El cambio en las Reglas de Operación del programa llevaron a “desaparecer” el ahorro que tenían los beneficiarios, el cual se les daría a los tres de años de permanencia. De acuerdo con el Coneval, algunos sembradores entrevistados (de ingreso en 2019) indicaron que, cumplido el tercer año, “ tuvieron acceso al ahorro acumulado, más un porcentaje correspondiente a los intereses generados de la inversión de su recurso”.

En tanto que en el caso de quienes ingresaron en 2021 y 2022, el ahorro programado será devuelto hasta junio de 2023.

El Coneval señaló que la eliminación del ahorro programado, “en el mediano plazo puede afectar las posibilidades de hacer sostenible la producción en viveros y biofábricas y la de desarrollar proyectos productivos”.

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